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La Comisión Europea intentará modificar el prohibitivo sistema sueco de impuestos sobre el alcohol basándose en una acusación de proteccionismo. Efectivamente, la Hacienda sueca somete al vino (importado en un 100%) a una fiscalidad mucho mayor que la cerveza (fundamentalmente nacional). Teniendo en cuenta que por cada litro de vino se pagan alrededor de 400 pesetas de impuestos (2,5 euros), es casi milagroso que los suecos importen más de 100 millones de litros. Cabe imaginar el tremendo mercado que se abriría si Suecia cumple las exigencias de la UE e iguala efectivamente el impuesto del vino al de la cerveza.