- Redacción
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- 2002-02-01 00:00:00
El análisis sensorial de los vinos, tanto si se realiza con fines de elaboración (enólogos), como si se realiza para evaluar un vino en un concurso (catadores), sigue tres fases claramente diferenciadas: visual, olfativa y gustativa.
El ENOSCOPE está concebido para permitir al catador poder valorar de forma correcta y normalizada los tres parámetros de la fase visual. Y en efecto, hasta hoy no ha sido posible disponer de un sistema de iluminación adecuado para poder observar eficazmente la transparencia del vino, la intensidad de su color y mucho menos la tonalidad de este color.
Se ha demostrado que la vista tiene una incidencia indirecta sobre la agudeza olfativa. Los olores se perciben mejor cuando la iluminación es suficiente y adecuada. En cierto modo, el color forma parte del gusto. El color es asimismo el primer parámetro que observamos, y el consumidor, cada vez más, le otorga mayor importancia.
Independientemente de los usos y costumbres, siempre que se requiera practicar un análisis sensorial con rigor deberán respetarse las condiciones ambientales y personales establecidas para este fin, y emplear además la copa normalizada (AFNOR NF V 09-110, UNE 87-022-92, ISO 3591:1977).
El color del vino es para el consumidor, un atributo hedonista, una sensación visual agradable e incluso decorativa, no exenta de valor. Para el enólogo, un parámetro de calidad, evolución, tecnología de vinificación, etc... Para el enófilo es fuente de información que le permite conocer el origen y la edad del vino o su evolución.
La observación del color es siempre imprecisa por cuanto la sensación de color depende fundamentalmente de dos factores. La iluminación, que al interferir sobre el vino producirá el estímulo (imagen retiniana) y la interpretación a nivel cerebral, por el sujeto receptor de la sensación (imagen cortical). Si la fuente de luz no es la adecuada, el observador no podrá distinguir matices, porque la distribución espectral de la radiación reflejada será parecida y se producirán estímulos equivalentes. El ENOSCOPE utiliza un sistema de iluminación cuyo origen es una fuente de luz pancromática y equienergética en toda la banda espectral de la luz visible (400-700 nm.) generada mediante una lámpara fluorescente cuya substancia luminiscente absorbe toda la radiación ultravioleta y la reenvía a una temperatura de color de 6500º K. Un circuito electrónico sobreexcita el tubo a alta frecuencia (luz corregida), y esta luz actúa sobre un original sistema óptico de material polimérico montado en multicapa que realiza una perfecta difusión de la luz.