- Redacción
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- 2002-04-01 00:00:00
Arco Bodegas Unidas y una serie de bodegueros de prestigio internacional se han unido para crear Haciendas de España. Grandes extensiones, con sus viñas y bodegas singulares, sus explotaciones agrarias y ganaderas tradicionales y sus acogedoras casas de campo, productoras de reconocidos vinos de pago y alimentos naturales. Detrás de ellas se agrupan viticultores y enólogos de las zonas vinícolas más relevantes de España. Son cuatro realidades, vivas y operantes: Enartis en La Rioja, Durius en el Duero, Hohenlohe en Andalucía y Monistrol en Cataluña, que en total agrupan seis haciendas, aunque en breve se incorporarán otras cuatro a este proyecto.
Enartis nació en La Rioja en el 98, de la mano de Haciendas de España y con el apoyo de Carlos Falcó, Marqués de Griñón. El resultado fue el Dominio de Súsar y el gran proyecto de cara al futuro que es Hacienda Enartis, cuya culminación se hará a lo largo de 2003/2004. Príncipe de Hohenlohe, localizada en la Serranía de Ronda, es una iniciativa del Príncipe Alfonso de Hohenlohe, que arrancó en 1975 y fue en el 2000 cuando Haciendas de España se unió al proyecto para impulsar su desarrollo y terminarlo con la inauguración de una nueva bodega en el Cortijo las Monjas. Durius surgió como una idea que Carlos Falcó inició en solitario hace más de diez años, y ahora es el resultado del esfuerzo conjunto de Haciendas de España y la entidad financiera Caja Duero. Agrupa tres grandes haciendas: Quinta de los Arribes, Hacienda Zorita y Dehesa San Nicolás. Marqués de Monistrol, vinculado desde 1882 al marquesado de Monistrol d’Anoia, ha visto renacer su esplendor gracias a Haciendas de España, quien la adquirió a Bacardi-Martini en 1996. La Masía Monistrol, que data del siglo XII, terminó su modernización en el 2000, y ahora es otro de los sugerentes reclamos de esta andadura empresarial de lujo.
Las grandes haciendas españolas eran, hasta hace no mucho, de acceso limitado a unos pocos. Hoy, con esta iniciativa, abren sus puertas para dar a conocer sus grandes fincas de viñedos, en las que se aplica la viticultura más avanzada, al servicio de la producción de uvas de calidad, base de los vinos de pago. Con edificaciones de labor, de arquitectura tradicional, son haciendas recuperadas para su utilización como bodegas, donde la más avanzada tecnología se funde con los métodos tradicionales. También hay cabida para la elaboración de otros alimentos naturales como quesos, jamones y embutidos de cerdo, aceites de oliva virgen... Y con el valor añadido de contar con magníficas casonas señoriales que se han convertido en cómodos y acogedores hoteles Relais, donde la norma es la sobriedad y el buen gusto.