Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).
Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.
A Francia esto le duele: el año pasado, por primera vez, en Estados Unidos se compró más vino que en la Grande Nation.
¿Una noticia amarga para combatir el calor veraniego? ¿Una estrategia de marketing para hacer subir más deprisa las acciones del vino, que se recuperan muy lentamente? ¡No! En 2010, por primera vez, en Estados Unidos se ha vendido más vino que en Francia: 330 millones de cajas de doce botellas, frente a 320 millones. De lo que se desprende que se puede contar con un aumento del consumo en Estados Unidos. Pero el consumo per cápita de los 65,5 millones de franceses sigue siendo mayor que el de los 311 millones de estadounidenses. Apenas nueve litros de vino en Estados Unidos, frente a los 48 que se bebe el francés medio, 40 el italiano, 25 el alemán y el español. Pero a la cabeza de la clasificación de bebedores se sitúan los habitantes del Gran Ducado de Luxemburgo, con nada menos que 53 litros por barba. ¿Y China, cuyo favor se disputan hoy todas las naciones vinícolas? Allí el consumo se sitúa en menos de un litro por persona y año, y el consumo total iguala más o menos al de España (11,3 millones de hectolitros).