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La organización de nombre interminable (Comité In-terprofessionel des Vins AOC Côtes du Rhône et de la Vallée dur Rhône) ha tenido una buena idea: la de presentar sus Côte Rôtie -sus vinos más septentrionales- y sus Cornas -sus vinos más meridionales- en un mismo bloque. Durante dos días, los expertos han tenido ocasión de conocer todo el espectro de las cosechas de los últimos veinte años. La protagonista fue la variedad de cepa Syrah, que se emplea habitualmente para la crianza tanto del Cornas como del Côte Rôtie. Si entre las dos apelaciones hubiera que elegir una vencedora por puntos, sin duda ganarían los vinos de Côte Rôtie, por una cabeza de ventaja. Lo que no quiere decir que la tierra de Cornas tenga menos potencial, pero la vinificación de muchos de los tintos presentados en Valence no está a la altura de los tiempos. Han destacado los Cornas de 1988, 1985 y 1979 de Alain Voge, el Cornas 1990 de René Balthazar, los Cornas 1988, 1986 y 1976 de Auguste y Pierre Marie Clape. Entre los vinos de Côte Rôtie brillaron el del 91 de François Gérard y de Daniel et Rolland Vernay, el Grandes Places del 85 de Clusel-Roch, el del 83 de Boisseyt-Chol, los del 78 de Jean Marie Gerin y La Mouline de Marcel Guigal
