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El festival corresponde a un concepto totalmente renovado por François Rochaix. La inauguración, un remake de la fiesta original, solo se representará una vez. Constará de cuatro partes: preludio al alba, coronación de los mejores trabajadores de la viña, desfile histórico y comida gigantesca. Desde el segundo día se representará doce veces en la gran plaza del mercado la obra que narra la labor cotidiana del viticultor, de acuerdo con la tradición. Como en el teatro griego, el coro contesta a las escenas de la obra. La representación tiene cuatro actos, un prólogo y un final. La representación del 11 de agosto de 1999 promete ser extraordinaria. A las diez y media de la mañana, el sol comenzará a ocultarse tras la luna. A las doce y cuarto estará eclipsado en un 96%. Exactamente en ese momento comenzará la “fiesta de los vivos y los muertos”...