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Por primera vez los mejores enólogos de nuestro país se han reunido para catar sus vinos y debatir temas tan trascendentales para ellos como la naturaleza artística de su trabajo.
En Madrid y como respuesta a la iniciativa de Opus Wine, se reunieron durante un apretado fin de semana los artífices de muchos de los vinos mas prestigiosos del país. Por primera vez, los artistas y sus obras, los enólogos y sus botellas, contaban con un foro, un tiempo y un espacio en el que compartir experiencias, exponer críticas y soñar el futuro del vino. Un futuro que pasa por la innovación técnica tal como expusieron los patrocinadores: Sabaté, Herpasa, Ramondín y Tribosa. Un futuro que ha de contar con las instituciones, sobre todo las cercanas, en este caso La Comunidad de Madrid y Vinos de Madrid. A través de un par de coloquios se definieron las líneas de trabajo que definen a los vinos de calidad de hoy y de mañana: la defensa del terruño y la libertad del autor; el dominio de la técnica y la rebelión y revelación del artista. La muestra de los vinos de todos ellos incluyó una cata ciega en la que se proponía a los asistentes la prueba de distinguir cada uno “su” vino. Lo consiguieron 36 de los 51 participantes, y sus valoraciones, sin duda muy exigentes, concedieron al Alión 96, de la escudería de Vega Sicilia, el primer premio, una escultura de Rafael Muyor. La conclusión mas importante ha sido la necesidad de que se repita periódicamente la reunión de profesionales, como enriquecimiento mutuo y para que el aficionado sienta sus vinos como obras personales y no como tragos anónimos. Ha sido, por otra parte, un merecido homenaje y reconocimiento a quienes hacen brillar el mundo del vino y a quienes, con el placer de sus copas, ponen chispitas en nuestros ojos.