• Redacción
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• 1999-07-01 00:00:00

El Primer Encuentro de Enólogos, “Enoforum’99”, celebrado los pasados días 5 y 6 de Junio, convocó a los elaboradores de muchos de los mejores vinos españoles.
La iniciativa surgió de OPUS WINE, como homenaje y reconocimiento a los artífices de la revolución que viene transformando el vino español. La Comunidad de Madrid y el Consejo Regulador de la D.O. Vinos de Madrid Actuaron de anfitriones y ofrecieron el aperitivo de bienvenida: vinos de la región y queso de Camporreal.
Los patrocinadores, Sabaté, Herpasa, Ramondín y Tribosa, informaron a los asistentes sobre la tecnología puntera en cuanto a instalaciones de bodega y tendencias en el embotellado, corchos y cápsulas de calidad, adecuadas a cada elaboración.
Jose Antonio Clavijo se decantó por las excelencias de las cápsulas de estaño y las mixtas, e hizo hincapié en que el intento de eliminar ese sombrero del vestuario del vino no ha cuajado mas que para los productos populares.
Miguel Elena y el Director General de Corchos de Mérida disertaron sobre ese cierre natural, insustituible para la conservación del vino.
El programa se centró en dos coloquios y dos catas, una comentada, sobre media docena de selectas botellas internacionales, y, como acto estelar, la cata ciega de los vinos elaborados por los asistentes, ocasión única para compartir, juzgar y comparar sus experiencias y, como en un juego, intentar descubrir cada uno su vino.
En la primera charla, Telmo Rodríguez, de Granja Remelluri, proponía dilucidar si el enólogo ha de ser técnico o artista. Tras un animado debate el tema se resolvió en un equilibrado empate. Como símbolo se impuso la imagen del arquitecto ya que, como él, quienes elaboran los vinos han de aplicar unos profundos conocimientos y medios técnicos para expresar su genio, su personalidad, su arte, que al final es lo que diferencia y distingue cada copa.
Tampoco hubo vencedor en el debate entre vinos de terruño y vinos de autor que siguió a la ponencia de José Hidalgo, de Bodegas Bilbaínas. La conclusión es un canto a la libertad del autor siempre que no olvide su “circunstancia”, la expresión de los pagos y la tipicidad, que también son obra humana e inacabada.
La reunión se cerró con el esperado fallo de la cata: 36 de los 51 participantes reconocieron a ciegas su vino, todo un éxito en una prueba tan maratoniana y compleja.
El premio al mejor vino -una escultura de Rafael Muyor- fue para el Alión 96. Enoforum ’99 ha cubierto plenamente los objetivos en esta su primera edición. Ha puesto de manifiesto la necesidad de que el enólogo cobre un protagonismo mayor, que sea reconocido, y que debata con sus compañeros más significativos las grandes líneas de la creación enológica, o, lo que es lo mismo, los principios y la sensibilidad que gestan los vinos que disfrutamos hoy y los que gozaremos mañana.

Premios Chiscón
El triunfo es , por supuesto, para los tres autores de narraciones gastronómicas que recibieron los premios “Cocina y Zodíaco”: tres deliciosos cuentos firmados por Teresa Núñez (De las muchas maneras de comer tortilla), Carlos Buisán (Fray Benito) y Francisco Javier Sánchez Serrano (Un buen día para cambiar de Signo).
Pero el verdadero éxito consiste en que un restaurante, el madrileño Chiscón de Castelló, mantenga durante nueve ediciones la convocatoria de una laboriosa iniciativa cultural. A la convocatoria se presentaron esta vez más de 300 cuentos, y la edición de los premiados, junto con el recetario de las jornadas especiales sobre el tema, es una joyita que el restaurante obsequia todo el año a los clientes.
Opus Wine estuvo en el jurado, sumó a los premios una suscripción a la revista Archigula y el cauce para dar a conocer nuevos autores.