- Redacción
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- 2001-05-01 00:00:00
La transformación de la región vinícola más extensa del mundo se produce a velocidad vertiginosa. Una nueva Mancha vitivinícola, basada en los tintos de gran calidad, es ya una realidad cincelada por un Consejo regulador dinámico, por unas empresas autóctonas potentes, espoleadas por el desembarco de famosas bodegas foráneas, por el trabajo concienzudo y responsable de viticultores y enólogos, y por un puñado de francotiradores solitarios que, con el éxito de sus experiencias, con el aplauso de sus vinos dentro y fuera de las fronteras, se han convertido en ejemplo de que la apuesta está hecha sobre seguro.
Para mostrarlo y demostrarlo, el próximo día 17 de mayo se presentarán en Madrid, en el hotel Villamagna, más de cuarenta bodegas de la zona con su obra en la copa. La jornada, abierta a profesionales y aficionados, es la ocasión perfecta para descubrir el resultado de la estudiada reestructuración de un viñedo, de las posibilidades de esta tierra, tradicionalmente asociada a vinos blancos, para crear y criar grandes tintos.
Basados la mayoría de ellos en la soberbia Tempranillo (Cencibel, para los lugareños), a la que a veces acompañan la Cabernet Sauvignon, la Merlot, o la Syrah que aportan variedad al ya de por sí impresionante abanico organoléptico de nuestra mejor uva tinta, consiguiendo expresar las mejores características de la uva y de la tierra. El siguiente paso, el de la elaboración, ha hecho nacer sorprendentes varietales y complejos ensamblajes. Vinos con una importante carga tánica, de profundo color, frescura y viveza, y con la capacidad de evolucionar en barrica hasta su prolongada madurez. Las nuevas bodegas, y la renovación de las más clásicas, es notable. Hoy pueden exhibir el equipamiento tecnológico más vanguardista, desde el cuidado de la viña hasta la rigurosa selección de vendimia, la estudiada maceración, la fermentación a temperatura controlada, e incluso a la estética de su vestido, de su embotellado. Pero quizás el cambio más espectacular sea el crecimiento del parque de barricas. El apoyo del Consejo Regulador de la DO La Mancha y de la Administración Autonómica, en pos de elaboraciones de calidad, ha impulsado la adaptación de los edificios y la adquisición de miles de barricas de roble nuevo, que son las bases de un largo futuro.
Las cifras de exportación, el desembarco en mercados selectos y desprejuiciados, y el reconocimiento de la crítica y de la clientela que aprecia también la tentadora relación calidad/precio, son la prueba de que la nueva Mancha tiene su puesto en la pléyade de las estrellas del vino internacional.
La prueba, la cata y la degustación, el jueves 17, a lo largo de todo el día. Una cita imprescindible para todos los amantes de los grandes tintos.