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Los vinos de Alejandro Fernández, comentados por Pepe Peñín, desfilaron a lo largo de una cata vertical celebrada en la sala “La Tierra” del Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Una placentera ocasión para disfrutar de la sorprendente y veloz evolución de cada vino en la copa, desarrollándose como un gigantesco genio encerrado en la botella. Son vinos que han marcado, más allá de la trayectoria de la bodega, la del estilo y la personalidad de la Ribera del Duero e incluso la del gusto de los bebedores. Y siguen tan frescos. Como nuestra, la vivacidad de las cosechas veteranas, del 75, 76 y 78, o la memoria de añadas consideradas excepcionales en la casa, como las de los Janus 82, 86, 91 y 94. Y por fin, la comparación con las elaboraciones disponibles hoy, los frutales y carnosos 95 y 96 y las promesas que suponen el Pesquera 99 y el Milenium, prueba de una calidad alta y, lo que es más difícil, estable a lo largo de años y añadas.
