Política sobre cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).

Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.

Configuración e información Ver Política de Cookies

Mi Vino

Vinos

CERRAR
  • FORMULARIO DE CONTACTO
  • OPUSWINE, S.L. es el responsable del tratamiento de sus datos con la finalidad de enviarles información comercial. No se cederán datos a terceros salvo obligación legal. Puede ejercer su derecho a acceder, rectificar y suprimir estos datos, así como ampliar información sobre otros derechos y protección de datos aquí.

Grandes vinos españoles Tintos en la cumbre

  • Redacción
  • 2002-12-01 00:00:00

esde hace unos años, una moda recorre el mundo vinícola: el culto al vino tinto. Por muchos motivos, y no todos gastronómicos: creo que también ha influido considerablemente el diagnóstico de la moderna medicina que le atribuye un montón de propiedades beneficiosas para el organismo. Así que nos hemos puesto a elaborar tintos hasta en el mar de blancos que es La Mancha, con vinos que quitan el sentido (en el buen sentido). Incluso la única denominación de Origen que en sus estatutos contemplaba solamente vinos blancos (si hacemos abstracción de las andaluzas que producen generosos) ya puede utilizar la flamante contraetiqueta “Rueda” en sus tintos. Y además las denominaciones de origen que tradicionalmente se han dedicado a este tipo, como Rioja, Priorat, Jumilla, Ribera del Duero, Toro, entre otras, se han empleado a fondo para mejorar sus tintos hasta límites irreconocibles.

tinta navidad Para las largas fiestas navideñas ya en puertas, hemos reunido una selección realmente original, no solo por la calidad, que en todos los ejemplares de MiVino se convierte en nuestra máxima inquietud, sino porque en este número batimos el récord de vinos. Más de setenta catas pasarán a nuestros archivos, y, si a ustedes les atraen nuestras propuestas, a sus paladares.
Los hemos separado por las categorías típicas y más comunes en todas las denominaciones de origen españolas: cosecha, crianza, reserva y gran reserva. Como sabemos, además de ostentar la calidad exigida por los comités de cata de cada denominación, los llamados “crianza” deben permanecer al menos un año en barricas (en algunas zonas solamente seis meses) y otro más criándose en la botella. Los “reserva”, han de pasar dos años en el seno de la bodega (al menos uno de ellos en barrica). Los “gran reserva” sufren cinco años de crianza, dos en barricas y tres en botella.
Pero he dejado para el final la condición de “cosecha” (reservada para vinos jóvenes) por ser la más difícil de explicar. Todos los vinos que hemos traido a nuestras páginas pueden, por reglamento, ostentar la categoría de reserva, e incluso algunos la de gran reserva. Llevan al menos un año en barrica, algunos dos, ¿por qué sus elaboradores rechazan una contraetiqueta “superior”? Pue porque en general son vinos especiales, nacidos de un solo viñedo, o de una selección exclusiva, o surgidos de la materia prima de cepas viejas. Conocidos como “vinos de autor”, o de “alta expresión”, y que para casi todos los elaboradores es una forma de distinguirlos de los crianzas y reservas normales.

en plena forma Veamos. Hay que destacar la notable calidad de los crianzas en general, aunque los de Utiel-Requena, Coronilla de Schenk y Ceremonia de Gandía Pla rozan la excelencia. El Viña Mayor “Secreto” es de lo mejor que ha sacado esta bodega. Destacan, además, los vinos de Santiago Gracia, sus Urbezo llevan la potencia y la carnosidad que gusta en los vinos modernos. De los reservas hay mucho donde elegir. Desde lo clásico a lo más moderno. Entre los primeros cabe destacar el que elabora Campillo y el Coto Real. Luego hay un tono intermedio entre los unos y los otros, como por ejemplo el de Lan, llamado Cúlmen, el de Marqués de Cáceres, “Gaudium”, cuya nueva cosecha, la del 96, resultó más expresiva que la del 94. A destacar el excelente trabajo de los Chivite en “Viña Salceda” que ha experimentado un cambio absoluto. En los de estilo moderno destaca la elegancia que imprime a sus vinos Fernando Remírez, la densidad y carnosidad del “Amaren”, o los dulces taninos con los que se recrea el Reserva Santa Rosa. Pero hay dos que requieren nuestra atención por su buen precio y excelente calidad. El manchego Fontal y el aragonés Coto de Hayas.
Los grandes reservas son más clásicos, en el mejor sentido. Castillo de Ygay, Imperial, Prado Enea, Gran reserva 904, Conde de los Andes... ¿no suena a canto celestial? Son orgullo de la enología nacional por mucho que las modas se empeñen en lo contrario. Aunque tengan más “chicha” el “Pesquera”, el Carmelo Rodero, el Mas La Plana o el Pérez Pascuas, ya se pueden contar entre los clásicos.
Y llegan los vinos de “Cosecha”, con su vitola rabiosamente moderna, carnosos, con una madera especialmente elegida, y la mayoría de unas D.O. poco menos que desconocidas. Como los murcianos Altos de Luzón, Casa Cisca o el “Pie Franco”, la expresión mediterránea de grandes vinos. En este capítulo se pueden incluir el Blecua, gran vino elaborado por Pedro Aibar, el de los Eguren de Toro, “Numanthia” o el Marboré de Somontano. De zonas más conocidas son el que elabora Roda, que es un prodigio de expresión sápida, Cirsion, el priorateño Gran Buig o los de Ribera del Duero, Pago de Santa Cruz y “Malleolus”. Y un vino de la tierra que se puede considerar un clásico: el Yllera, aunque aquí traemos una selección especial llamada “Dominus”. En fin, una larga selección para celebrar que hemos vivido un año más. Presididos por el viejo brindis para comenzar un año nuevo: “dadme un buen comienzo y os ofreceré un estupendo final”.

enoturismo


gente del vino