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Saber y gozar, por narices

  • Redacción
  • 2002-12-01 00:00:00

El almizcle, el musgo de roble, el arroz basmati, el caballo... son olores que pocos pueden reconocer. La manzana verde, la cebolla, el jabón o el pan tostado son aromas que envuelven la vida cotidiana y, sin embargo, fuera de contexto, son igualmente difíciles de recordar. Sin embargo se pueden encontrar en experiencias muy próximas, en el vino, en el humo de un cigarro, en el fondo de una taza de café. Para perfeccionar el olfato, para poder reconocer esas sensaciones, un catador profesional, Jean Lenoir, ha diseñado un conjunto que tiene el carácter de un básico alfabeto olfativo. O mejor, tres, basados en el mismo lenguaje.

La Nariz del Vino, en versión completa, es una colección de 54 frasquitos que han atrapado otros tantos aromas diferenciados que se pueden encontrar en los distintos vinos. Se presentan ordenados en un libro-cofre entelado y se acompañan con fichas descriptivas que, de forma visual, ayudan a retener y memorizar cada aroma, al asociarlo con otros ingredientes donde puede encontrarse.
Un segundo paso, para especialistas, se contiene en otro estuche con doce aromas que definen defectos del vino, desde el acorchado al azufre. Contiene los compuestos químicos que producen esos fallos, y ayuda a reconocerlos de forma infalible.

La Nariz del Café. Los aficionados al café disponen también de una exploración olfativa profunda y, quizá por menos frecuente, aún más descubridora que la que se refiere al vino. Las colecciones, desde la más básica y económica Versión Tentación, con 6 aromas, hasta la más completa y puntillosa Versión Pasión, con 36 aromas, son la puerta a un camino de iniciación, un entrenamiento para conocer y poner palabras a las sensaciones más evanescentes. La presentación en estuches de madera, incluso en una lujosa edición limitada y numerada, lo convierte en un precioso y preciado regalo... para uno mismo.

La Nariz del Cigarro. El sistema se reproduce, con seis aromas, en La Nariz del Cigarro, una invitación a disfrutar los puros, distinguiendo cada fase de la degustación en un orden lógico para diferenciar, no sólo la calidad, sino las procedencias y las marcas más famosas. Puede ser un juego, puede ser un Master según el uso que se le dé o la ocasión en que se emplee, pero, en cualquier caso, es un disfrute en sí mismo y ayudará a disfrutar cada vez más.
Disponemos de existencias limitadas pero, mientras queden, responderemos inmediatamente las solicitudes.

La Nariz del vino: 12 aromas, 33 E; 54 aromas, 336 E
La Nariz del puro: 6 aromas, 33 E
La Nariz del café: Tentación 6 aromas, 33 E
Revelación, 36 aromas, 228 E
Pasión, 36 aromas, 660 E.

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