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Por fin se ha hecho realidad un viejo sueño: la zona conquense de Ribera del Júcar ya tiene Denominación de Origen. Razones no faltan, ya que se trata de una comarca claramente diferenciada del resto de La Mancha, con características de tierra y clima idóneas para la obtención de vinos de alta calidad y muy personales. La nueva D.O. ampara a unas 9.000 has. de viñedo -el 90% del cual es tinto, con la uva Cencibel como variedad dominante- en los términos municipales de Casas de Benítez, Casas de Guijarro, Casas de Haro, Casas de Fernando Alonso, Pozoamargo, Sisante, y El Picazo, con una producción aproximada de 36.000 toneladas de uva al año, elaboradas por las 10 bodegas -6 cooperativas y 4 particulares- inscritas.