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Desde que en 1985 Bodegas M. Gil Luque sacara al mercado este extraordinario brandy, no se había modificado su presentación. Los responsables de la firma han decidido que ya era hora de “vestirlo” de una manera más actual y, sobre todo, más acorde con su gran calidad. Tras varios estudios, optaron por el elegante envase “Carafe” y buscaron el tapón más adecuado para su diseño. Para garantizar el cierre, se anuda al tapón un cordón de seda y una vitola para sujetarlo. Todo esto realizado a mano, botella a botella, al igual que el embotellado. El diseño gráfico externo se mantiene para facilitar a los fieles consumidores su localización. Este brandy se elabora con holandas 100% destiladas de vino, y ha sido envejecido durante más de 45 años, en botas de 550 litros de roble americano envinadas con oloroso.