Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).
Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.
Hay que confesar que el llamamiento de la Cámara de Agricultura de Aquitania no suena tan melodramático, aunque sí han emitido una «orden de búsqueda y captura». ¿A quién buscan? A la variedad de uva Carmenère. Procedente de Burdeos, estuvo muy extendida durante el siglo pasado, hasta que la filoxera pudo con ella. Después cayó en el olvido, pues los vinicultores prefirieron plantar Cabernet o Merlot, que son menos propensas al corrimiento de racimos, por una parte, y por otra poseen un aroma más complaciente que la individualista Carmenère, que con frecuencia se expresa en notas vegetales de pimiento y hiedra.
Aunque todavía quedan algunas parcelas de Carmenère, dato recientemente confirmado con toda seguridad. Hasta ahora, dos vinicultores del Médoc y uno de Saint-Émilion han respondido al llamamiento, y los técnicos de la Cámara de Agricultura han podido identificar las cepas sin ninguna duda. «El anterior propietario creía que eran de Merlot», relata Dominique Hébrard de Château Trianon en Saint-Émilion, que a partir de ahora piensa añadir a su vino un cinco por ciento de Carmenère. Esta variedad está permitida en las denominaciones de Burdeos, Médoc, Premières Côtes de Bordeaux y Saint-Émilion, y dentro de diez años puede que haya arraigado mejor allí. Hasta entonces, la Cámara de Agricultura se afana por reproducir las mejores de entre las cepas encontradas y sacar al mercado los clones.
La Carmenère sigue siendo ilegal en el norte de Italia, donde a pesar de ello hay plantadas 4.000 hectáreas, porque hasta hace poco se tenían por Cabernet franc. En Chile, por el contrario, se está convirtiendo en una verdadera variedad de moda; en aquel clima produce vinos con hermosos aromas de zarzamora, cereza y chocolate.