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Según los científicos californianos, el remedio contra el efecto embriagador del alcohol está muy cerca: un grupo de neurólogos de San Francisco extrajeron a las filarias el gen slo-1: la consecuencia fue que estos gusanos se hicieron resistentes al etanol. Este gen transporta la información para un canal de iones a través del cual desembocan los iones de potasio de las células nerviosas, importantes para la actividad neuronal. Bajo la influencia del alcohol, este canal se abre con mayor frecuencia, lo que aminora la actividad neuronal, razón por la cual se tambalean los borrachos. Pero estos gusanos, a pesar de entrar en contacto con masivas dosis de etanol, no mostraron signo alguno de embriaguez, comoquiera que ésta se manifieste en el caso de las filarias. Los resultados de las investigaciones posiblemente también puedan aplicarse al tratamiento del alcoholismo: aproximadamente la mitad de los genes de la filaria también están presentes en el genoma del hombre.