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El concurso “Premios Envero”, dedicado exclusivamente a los vinos de la Ribera del Duero, se ha celebrado un año más en Aranda de Duero, una ciudad especialmente hermosa entre los primeros fríos del invierno. La organización irreprochable y los catadores, gente de prestigio, hicieron que los premios Envero fueran un éxito. Los vinos galardonados fueron los siguientes. En rosados ya es habitual que el Viña Pilar de Félix Callejo se lleve el primer puesto, al que le siguieron el Recorba (Real Sitio de la Ventosilla) y el Castillo de Peñaranda. En tintos jóvenes, Rubiejo, de Alto Sotillo, se alzó con el primer puesto, seguido de Rauda y López Cristóbal. En tintos con roble, el primero fue López Cristóbal; el segundo, Viña Sastre; y el tercero, Peña Roble, de B. Resalte de Peñafiel. La categoría de crianza fue un premio muy reñido, tuvo mérito el Cachopa 2000, de las bodegas del mismo nombre, después el Valdelago y el Viña Solorca. En reservas se alzó con el primer premio el Viña Milano 2000, seguido de Pago de los Capellanes 2000 y Resalte de Peñafiel. Mientras que en la categoría de “Alta Expresión” el ganador fue Félix Callejo 2002, el segundo, D’Anguix 2001, y el tercero, Opimus 2002, de las Bodegas Montevannos.
