Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).
Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.
Mumm, la antigua casa de Champagne, ha realizado una de sus grandes catas de viejas añadas en su mansión de Reims. Los grandes años que la firma posee en sus magníficas cavas demostraron que estos viejos vinos pueden aguantar casi eternamente. Una visión general de la comarca dirigida magistralmente por Didier Mariotti. Vinos brut y millesimé que enseñaron todo los conocimientos que esta casa aporta al mundo del vino. Pero además elabora un tipo de champagne que no se encuentra fácilmente en los mercados internacionales y muy poco en el interior. Se trata del «cramant», elaborado en el pueblo del mismo nombre, un vino con cuatro atmósferas de presión, algo menos que el que se elabora en el resto que de la A.O.C. Y el final de la cata se celebró en el Moulin de Verzenay, propiedad de la Casa Mumm, precioso edificio que se alza sobre una de las colinas más visitadas del mundo, construido en 1820. Verzenay es uno de los 17 «Grands Crus» utilizados para elaborar los champagnes Mumm.