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Tiene Carlos Tristancho una tajante filosofía con el hotel Monasterio Rocamador (en Almendral, Badajoz): y es que prefiere al viajero que al turista. Quizá por ello cuesta encontrar el hotel escondido en lo más alto de las dehesas de aquella zona. En verdad es un «castillo» gastronómico en medio de la dehesa y en un sitio tan apartado que para descubrirlo hay que ir expresamente a ello. Es uno de los hoteles más inquietos por la gastronomía de España. Desde abril de este año está en marcha un ambicioso proyecto de alta cocina para las cuatro estaciones, cuatro maneras distintas de ver la cocina e interpretar el producto que se plasma a través de seis grandes cocineros: Andoni Luis Aduriz (la pasada primavera), Xavier Pellicer (este verano), Sergio y Javier Torres (otoño 2006) y Manolo de la Osa (invierno 2007).
