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Emilio Moro, una de las figuras clave del desarrollo y éxito de la Denominación de Origen Ribera del Duero, falleció en Valladolid tras una larga enfermedad. El bodeguero y empresario, fundador del Grupo Emilio Moro, al que pertenece la bodega del mismo nombre, murió a la edad de 75 años y deja un legado de valor incalculable que, desde hace ya unos años, gestionan sus hijos, José y Javier Moro, tercera generación de una saga que ha contribuido a la proyección nacional e internacional del grupo. Emilio Moro nació en 1932 en Pesquera de Duero en el seno de una familia humilde de viticultores. Desde muy joven acompañaba a su padre en sus recorridos en carro los pueblos de la comarca para ofrecer el vino elaborado de las uvas que cultivaban en sus hectáreas, una “reducida” producción de 100 cántaras. Tenía visión de futuro y no tardó en apreciar las grandes posibilidades de aquellas tierras regadas por el Duero. Fue en el año 1987 cuando decidió dar un paso más y levantó una bodega que bautizó con su propio nombre para comercializar vinos con su impronta.