- Redacción
- •
- 2008-01-01 00:00:00
En Francia, el laissez faire hace tiempo que ha pasado a la historia, al menos en lo referente a la publicidad de bebidas alcohólicas. Con la aprobación en 1991 de la llamada Ley Evin, ha quedado prohibida en los medios de comunicación de masas. En febrero de 2008, la prohibición se extendió también a Internet por una sentencia que creó un precedente: se prohibió al consorcio de cerveza Heineken hacer publicidad en su página web con el eslogan For a fresher world (“Por un mundo más fresco”). Ahora los productores de vinos temen por sus propias webs, que han ido cobrando cada vez más importancia. Porque si se aplica literalmente la ley a la Red, estaría prohibida toda la información que no se refiriese estrictamente a los datos concretos, sin comentario alguno, y al contenido de alcohol del vino. También en Alemania se prepara un endurecimiento de esta reglamentación. Las recomendaciones del Consejo sobre la Droga y la Toxicomanía del Gobierno Federal de Alemania marcan la pauta. Este documento sobre estrategias a seguir, presentado por la consejera federal Sabine Bätzing, contiene providencias sobre las “Medidas para restringir la accesibilidad al alcohol, su publicidad y el aumento de los impuestos”. Sobre todo en el caso de los grupos de riesgo (menores de edad, embarazadas o usuarios de la vía pública), se pretende reducir el consumo de alcohol prácticamente a cero. La culpa del abuso de alcohol, además del entorno social, la tiene “el marketing de la industria de las bebidas alcohólicas, que incita al consumo sobre todo a los jóvenes”, según afirma un funcionario del departamento de drogas que dirige la consejera federal. Por ello, parece razonable prohibir la publicidad de bebidas alcohólicas en estadios de fútbol y en programas deportivos de la televisión. Según el mencionado documento, el fin es un “descenso del consumo per cápita en toda la sociedad hasta alcanzar un nivel inocuo desde el punto de vista de la sanidad”, es decir, de diez a ocho litros por año. Actualmente se están debatiendo las medidas a tomar y la cuantía de un impuesto adicional para el alcohol. Se prevé que para el año que viene estén determinadas las modificaciones legales necesarias. Lo que ya está claro es que “el contribuyente tendrá que financiar una parte de estas medidas” y que “es posible que se produzca un drástico retroceso en las ventas”, según comentan desde dicho departamento.