- Redacción
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- 2008-12-01 00:00:00
Para este número traemos a un coloso de la industria del whisky escocés, la firma Gordon & MacPhail, líder mundial en maltas con más de 450 referencias entre los cinco y los 60 años de edad. Una compañía con más de 110 años que sobrevive con independencia y esencia familiar. George Urquhart, el fundador, ha sabido transmitir a sus herederos su filosofía. Y con uno de sus hijos, Michael Urquhart -responsable de exportación, finanzas, gestión del whisky, producción y suministro-, hemos querido saber más. Aunque siempre se han dedicado a envejecer y embotellar whisky de otras destilerías, bajo su criterio de calidad, en 1993 se aventuraron a comprar Benromach, y entonces, como elaboradores, llegó el momento de plasmar toda la sabiduría adquirida. Por lo pronto, se han atrevido con un whisky ecológico llamado Benromach Orgánico, el primer malta certificado por el Reino Unido. Pero las investigaciones no se quedan ahí, este año han lanzado un producto denominado Benromach Orígenes donde utilizan la novedosa cebada Golden Promise, cultivada en el corazón de Speyside, con rendimientos muy bajos pero de excelente calidad. Es más dulce de lo normal con el alcohol más elegante y suave. Sin embargo, nos comenta, “Escocia es mucho más complicado que un simple cereal por la diversidad de sus cuatro áreas, que albergan 103 destilerías: Lowland (whisky más ligero, floral y herbáceo), Campbeltown (whisky con cuerpo), Islay (poderoso sabor y con aroma de turba) y Highland (por su amplia zona geográfica produce gran variedad de estilos), donde se concentra el mayor número de destilerías con Speyside (43 destilerías) como subzona”. Por tanto, el abanico de posibilidades es inmenso. La levadura utilizada para la fermentación es clave, lo saben también los cerveceros, y cuanto más se prolongue, mayor riqueza de aromas obtendremos. Para la destilación, sigue mandando el alambique de cobre. Los destilados son introducidos en barricas a 63,5% vol. tanto para periodos cortos como largos. Hoy en día, parece estar de moda buscar barricas de origen exótico, pero según Michael, “lo importante es el equilibrio, moldear el whisky, y las barricas de Jerez son muy apropiadas para los destilados más viejos, por el tamaño y la complejidad, aunque la esencia del buqué reside en la mezcla de toneles: bourbon, vinos tintos, dulces (Porto, Madeira, Sauternes), blancos, etc”.