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La convocatoria de primavera, como las golondrinas, no faltó a la cita. De tiros largos, en el Hotel Ritz madrileño, anunciada por el verbo florido de Fernando Ónega, presidida por el director de la bodega, José María Fonseca, arropada por personalidades de la cultura, la política y la gastronomía, y regada por Terras Gauda y Pittacum, se presentó la 8ª edición del Concurso Francisco Mantecón, con el que Terras Gauda selecciona la imagen anual de sus vinos.
El prestigioso diseñador Pep Carrió glosó la creciente importancia del concurso, al que en la pasada edición se presentaron 1.400 obras firmadas desde los cinco continentes, llegadas de 60 países, entre ellos Francia, México, Brasil, Argentina, Estados Unidos, e incluso de rincones tan exóticos como Taiwan, isla Mauricio o Sudáfrica: “El cartel es la democratización de la idea. Es una bomba de relojería que explota en la calle”.
En este caso es una explosión de ingenio a los pies de un vino de genio. Como muestra, los 35 finalistas de la pasada edición componían una exposición a lo largo y ancho del salón, presidido por la obra ganadora, del neoyorkino Taber Calderón.