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Un grupo inversor español ha puesto en marcha una brillante idea para los aficionados al vino en todo el mundo. Se trata un modo original de vender in situ deliciosos vinos de la finca La Promesa, sita en pleno altiplano argentino de Mendoza. Si alguien siente la llamada del viñedo, ésta es la solución más cómoda y socorrida. La empresa alquila hileras de viña en las cuales pondrá el nombre del afortunado huésped en dos tipos de contrato: Catador, contrato de cinco años en los que el inquilino recibirá 36 botellas personalizadas, y Gourmet, con el que recibirá 60 botellas en siete años. Por supuesto, cuando quieran pueden visitar la finca y constatar la realidad y el estado de su hilera rotulada. Además recibirán información e invitación a las presentaciones internacionales de los vinos de la bodega, llamados Trapecio, y a las fiestas que se organicen en la finca.