- Redacción
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- 2011-09-01 00:00:00
Se cumplen 200 años de uno de los iconos del champagne francés. Todo empezó 1811 con el matrimonio de Pierre Nicolas Perrier y Adele Jouët. El heredó viñedos de Champagne y ella puso el lujo a la marca. Después de que su hijo Charles continuara la tradición, pasó a la familia política Gallice. Fue esa época cuando se hizo el diseño de la botella, hoy todo un icono. La botella fue presentada en 1902 el Maxim´s de París. En los años 20 pasó a la familia Budin, ellos adquirieron más viñedos selectos en Champagne. En 1990 se abrió Maison Belle Epoque, hasta entonces privada, a huéspedes ilustres. Situada en la Avenida de Champagne, 11 de Epernay. No solo una joya arquitectónica sino una de las colecciones privadas de Art Noveau más prestigiosaas. Unas 200 piezas originales de artistas relevantes (Lalique, Rodin, Majorelle...) y cuatro habitaciones donde el tiempo se ha detenido en una de las épocas gloriosas de Francia. Actualmente, la bodega forma parte del grupo Pernod Ricard. Perrier Jouët tiene uno de los mejores viñedos de la zona más cara del mundo. En 1756 ya contaba con plantaciones en el llamado triángulo mágico de Champagne: Aÿ en Vallée de la Marne, Mailly en Montagne de Reims y Grand Crus de Côte des Blancs (Avize y Cramant). Con el tiempo se expandieron y mejoraron la calidad. Su marca de calidad y preocupación en el tiempo ha sido una: la distinción del Chardonnay. En el XX compró Bourons Leroy y Bourons du Midi. Hoy tienen 65 ha de las cuales el 92,2 % están en los mejores crus de Champagne. Muestra de ello es su magnífico y casi insuperable Blanc de Blancs. Y la gran calidad de sus Grand Brut, Blason Rosé o Belle Epoque, tanto blanco como rosado Solo siete han sido los chef du cave de la bodega. El actual es Hervé Deschamps es su actual. La mezcla de cuvées para elaborar su personal champagne ha sido transmitido desde 1846 y guardado en su libro de bodega como el mejor legado. Y para celebrar sus 200 años, el artista americano Daniel Arsham, quien ha diseñado la caja de líneas puras del mágnum Belle Epoque 1998. Dos esculturas gemelas en bloque que encajan perfectamente, una reinterpretación de la anémona de la botella original. Una casa histórica y unos champagnes maravillosos, ¡y que cumplan muchos más!