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Incluso cuando no pretendemos comunicar nada, enviamos señales a los demás con gestos y nuestra actitud corporal. ¡La cara es el espejo del alma! Pero el resto del cuerpo también es parte de la comunicación.
La profesora de Psicología Social Amy Cuddy, de la Harvard Business School, se preguntó que si del mismo modo que el cerebro es capaz de hacer reaccionar al cuerpo, podía existir una reacción contraria y nuestro cuerpo podía modificar nuestro estado de ánimo. Así, realizó un experimento en el que a una serie de personas se les medía su nivel de testosterona y de cortisol a través de gotas de sudor.
Estas personas eran expuestas durante tan solo 2 minutos a posturas de tipo relajadas, manifiestamente expansivas y de poder, tales como poner los pies sobre la mesa o inclinarse sobre ella con los brazos abiertos. El resultado fue que con solo 2 minutos en estas posturas, los niveles de cortisol bajaban considerablemente y aumentaban los niveles de testosterona, demostrando que las posturas y gestos actúan modificando el cerebro, por lo que esta doctora recomienda, ante situaciones de estrés, encontrar un lugar apartado para lograr esos 2 minutos de terapia. Si esto te ha interesado y el mundo del vino es una de tus pasiones, la escuela universitaria CETT-UB dispone de una oferta de diferentes formaciones adaptadas a cada necesidad, como el Curso Intensivo de Sommelier, Curso Semipresencial o el Curso Superior de Sommelier. Más información: www.cett.es
