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Hoy en día cualquier elaborador de vino que se precie ha de trabajar con una premisa fundamental: la de dejar hablar al viñedo y explorar las posibilidades del terreno para que exprese sus particularidades en el vino sin interferencias de ningún tipo. Podríamos pensar que en un territorio como el de Montilla-Moriles donde las elaboraciones que se llevan a cabo están marcadas por la crianza dinámica de criaderas y soleras puede resultar un tanto complicado. Alvear, la bodega más antigua de Andalucía, de la mano del grupo de jóvenes enólogos Envínate, ha presentado las primeras conclusiones de su nuevo proyecto, 3 Miradas. En él se muestra cómo las diferentes orientaciones, naturaleza de los suelos, altitudes... marcan la personalidad de cada uno de los vinos. La primera mirada es un vino de pueblo. Se han unido el fruto de varias parcelas de Montilla y su sierra cuyo resultado pretende buscar un equilibrio entre las características que aporta cada zona. La segunda mirada es un conjunto de seis botellas que saldrán al mercado como un solo producto. Se trata de una experiencia muy pedagógica y recomendable en la que se han elegido tres pagos –La Viña Antoñín, Cerro Macho, El Garrotal–. Sus uvas han sido elaboradas de dos formas diferentes, sin pieles y con pieles, manteniéndose durante unos meses bajo el velo de flor. De esta forma tenemos seis vinos muy diferentes entre sí de donde se pueden sacar multitud de conclusiones. En cuanto a la tercera mirada, habrá que esperar, puesto que está envejeciendo aún en bota, pero no dejará indiferente a nadie. Más información: www.alvear.es
