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Este oficio nos permite vivir mil vidas a través de una copa, viajando a paisajes del vino remotos, pero también a través del tiempo. Y la emoción vuela en catas tan irrepetibles como la que organizó Bodegas Tradición en el madrileño restaurante Ovillo, donde desvelaron el contenido de cuatro de sus botas más especiales de palo cortado y oloroso. Cada cierto tiempo, explican, la bodega "identifica, selecciona y separa una bota cuyo vino posee unas características singulares que la hacen inconfundiblemente idónea para su crianza estática". Es el caso de Palo Cortado Tradición Añada 1998, Palo Cortado Tradición Añada 1975, Oloroso Tradición Añada 1970 y Oloroso Tradición Añada 1975, cuatro rarezas fascinantes que solo existirán en las 400 botellas de cada una que acaban de sacar al mercado. Más información: www.bodegastradicion.es
