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Coincidiendo con el primer aniversario del reconocimiento de la dieta mediterránea
como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, el vino ha sido expulsado de la pirámide de esta dieta -uno de los símbolos más representativos de la cultura occidental- en la actualización que el Ministerio de Medio Ambiente, Desarrollo Rural y Marino (MARM) y la Fundación Dieta Mediterránea (FDM) dieron a conocer.
Los políticos, secundados por los expertos, han sucumbido a las presiones de los
países musulmanes, que prohíben su consumo por razones religiosas.
El presidente de la FDM, Lluis Serra, trató de explicar las razones que han llevado al vino -cuyos efectos saludables sobre el organismo están demostrados científicamente, según la propia Fundación que preside- a ser eliminado de la pirámide de la dieta mediterránea: “El vino queda fuera de la pirámide”, explicó. “Se trata de buscar un consenso mundial y en muchos
países está prohibido el consumo de alcohol”.