- Redacción
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- 2006-07-01 00:00:00
Ramón Parera Pardas es ante todo cultivador-viticultor. Un viticultor muy especial desde que en 1996 le dio por plantar viñedo y seguir unas directrices impensables todavía en España. Él le llama “viticultura austera” y consiste en no arar el terruño y llevar a cabo procedimientos que representen poco desgaste para la madre tierra. Como se puede comprender el 99%, o más quizás, de sus colegas y de cualquier comarca vitivinícola se echaría las manos a la cabeza ante tal viticultura. Asevera Ramón que la viña en esas condiciones solo necesita unos cuatro años para estabilizar su ciclo y adaptarse a esa situación. El abundante pasto que crece junto a las cepas sirve para aminorar y equilibrar el vigor de la planta, eso sí, el sistema exige un férreo control en todo momento, tanto de la tierra como de las hierbas o de las vides. De esas prácticas tan poco corrientes surge una materia prima muy original. Con su socio Jordi Arnán posee unas treinta hectáreas de viñedo muy diverso, con variedades como la Chardonnay, la Cabernet franc y Cabernet sauvignon, con Merlot, Monastrell y Sumoll, aunque profesan un especial cariño a la Xarel.lo. De este singular vidueño han elaborado un vino que se aparta de esos blancos donde prima la madera y solo se puede acceder a sus potentes efluvios. Entran las uvas al lagar ya seleccionadas, se despalillan y pasan a macerar unas 24 horas. Después se realiza un sangrado y el mosto pasa directamente a barricas de roble francés de 300 litros y una de castaño cuyo contenido representa el 12% del total. Para su terminación hubo que hacer acopio de paciencia porque estuvo fermentando nada menos que tres meses con sus lías. Todavía continuó otros cuatro meses en las mismas maderas, al cabo de ellos se hizo el ensamblaje de forma que ni un solo elemento de la madera pudiese enturbiar nada de su excelente expresión primaria. Resulta un vino con esa espontaneidad que otorga la frescura y ofrece un paso de boca agradable y airoso. El color es pajizo y los aromas muy interesantes, notas de fruta madura y flor, de especias y un toque de lías bien trabajadas. Tiene una entrada suave y enseguida resalta su fresca acidez, al final desarrolla un toque de anisado o hinojo que prolonga la sensación aromática. Con todos los atributos para evolucionar en botella unos años aunque el escaso número de botellas que han asignado al mercado nacional, esa cualidad parece poco menos que innecesaria. Pardas Xarel.lo 2005 Finca Can Comas Torrelavit 08775 (Barcelona) Precio 16’30 € Tel. 647 87 48 05 pardas@cancomas.com