- Redacción
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- 2003-12-01 00:00:00
Los amantes del champán tienen mucho donde elegir: nunca hubo tantos champanes de primera categoría. Y como, a la vista de los precios, lo mejor es beber estos grandes champanes en casa, merece la pena ir haciendo acopio para las fiestas con suficiente antelación. En este momento, en el mercado hay sobre todo champanes de prestigio de los años 1995 y 1996 y algunas reliquias magníficas de 1988, 1990 y 1993, que no conviene perderse. Es mejor apartarse de los vinos más jóvenes, aunque algunos del 97 ya saben bien. Para esta guía, Barbara Schroeder y Rolf Bichsel cataron unas 40 primeras cuvées de las marcas más conocidas y las cooperativas más importantes. A continuación presentamos las mejores. Sólo rechazaron tomar parte en la cata Moët et Chandon (Dom Pérignon), Laurent Perrier y Billecart Salmon. 15 Ployez-Jacquemart Brut Vintage 1996 Blanc de Blancs Todo en armonía, notas de mantequilla, trufa y un toque exótico muy limpio. Intenso paso de boca que ahonda en un largo buqué. 15 de Saint Gall Cuvée Orpale Blanc de Blancs 1995 La primera impresión es la de un vino un poco dulce, algo resultón de más. Sin embargo, detrás de eso se adivinan frescor y elegancia. Es una pena que no se aprovechen mejor. 15 de Venoge Grand Vin des Princes 1993 Muy maduro, con notas de tueste y trementina que resultan muy dominantes, una pizca pesado, se echa de menos más frescor y finura. 16 Beaumont des Crayères Fleur de Prestige El envase es trivial, pero el contenido es intachable y sabe bien. Muy elegante y ligero, duradero y refrescante. 16,5 Cattier Clos du Moulin Uno de los pocos vinos de pago en Champaña, actualmente comercializado como assemblage de las añadas 93, 95 y 97. Aunque no llega a estar en la cima nunca hemos catado un Clos du Moulin con tanta elegancia, casta, frescura y vida. Para acompañar pescados de río. 16,5 Drappier Grande Sendrée 1995 Marcadamente frutal con sus aromas de membrillo y cerezas confitadas, gustoso y redondo en boca, jugoso: lo probamos con un queso curado, con bastante éxito. 16,5 Mailly Grand Cru Cuvée les Echansons 1996 Posee gran casta, aromas especiados y minerales, madurez incipiente, densidad, termina en notas de frutos secos y repostería. Un vino muy agradable y con carácter para acompañar una comida. 16,5 Perrier Jouët Cuvée Belle Epoque 1996 Tal vez nos gustaría que fuera algo más juguetón, ligero, no tan compacto y serio, pero la calidad del vino es intachable: fresco, vigoroso, vivo, persistente, con notas de kiwi y carambola al final. Le conviene madurar algo más. Para acompañar una comida. 16,5 Pommery Cuvée Louise 1995 Este champán marcadamente maduro, pleno, en el límite de la pesadez, con notas claras de membrillo y caramelo, frambuesa y repostería, debe servirse preferentemente con un pequeño tentempié para que su frutosidad se aprecie plenamente. Muy bueno con un foie gras aux pommes. 16,5 Louis Roederer Cristal 1996 Un Cristal increíblemente anguloso y fuerte, de momento aún más comprometido con la casta que con la elegancia, pero extraordinariamente persistente, debería madurar algo más. En esta etapa conviene degustarlo con una comida -ternera con una salsa especiada, o aves- o dejarlo envejecer aún dos o tres años. La calificación no se refiere a su potencial, sino a su situación actual. 16,5 Charles Heidsieck Blanc des millénaires Champán increíblemente especiado que llena la boca, con una clara nota de madurez. Debido a su plenitud y a su estilo oxidativo (en el buen sentido, es decir, evolucionado), resulta más adecuado para acompañar un plato especial -ideal con un pastelillo de setas. 17 Duval Leroy Femme 1995 Al principio, las burbujas desenfrenadas resultan algo chocantes, pero una vez domadas y purificadas sólo queda la impresión de una textura magníficamente cremosa y floral, de gran elegancia y finura. Aún puede madurar algo. 17 Jacqueson & Fils Grand Vin Signature 1995 Resultan inconfundibles el particular carácter ahumado y el misterioso aroma especiado de los vinos Jacquesson, que equilibran hábilmente el estilo algo pesado de esta añada. La ligera nota amarga del final proporciona un punto de apoyo. Sin embargo, el vino es tan dominante que no resulta fácil de combinar. 17 Lanson Noble Cuvée 1995 Resulta muy juvenil, vivo y bien perfilado, denso, con un gustoso final cítrico. Puede acompañar un queso cremoso, pero también una comida completa ligera, y aún puede madurar algo. 17 Pol Roger Cuvée Sir Winston Churchill 1993 Como muchos vinos del 93, no brilla por un vigor o casta especiales, sino por su maravilloso equilibrio y finura. Maduro y seductor, agradables aromas de frutos secos y repostería, se encuentra en su momento culminante, no debe dejarse madurar mucho más. 17,5 Deutz Cuvée William Deutz 1996 De casta muy especial y estilo áspero y cristalino, reservado, con notas especiadas inicialmente apenas perceptibles que se despliegan muy lentamente, duradero, con final noble y frutal; debe dejarse madurar algo, y después podrá acompañar una comida especial ligera y refinada. 17,5 Deutz Cuvée William Deutz rosé 1996 Increíblemente gustoso, vinoso, fresco. La parte tinta aporta sabores y aromas muy agradables, el final que recuerda a fresa tiene muchísimo encanto. Magnífico para tomar con la comida: probamos esta cuvée con una estupenda papada de cerdo a la parrilla: ¡todo un acontecimiento! 17,5 Deutz Amour de Deutz Blanc de Blancs 1997 Gustoso. La combinación de frutosidad y casta, elegancia y plenitud, dulzor y acidez es original y especialmente lograda. Es sorprendente que se trate de un blanc de blancs, porque los aromas hacen pensar más bien en uvas tintas. Buen contrapunto a una comida ligera. 17,5 Gosset Célébris rosé 1998 Lo que ha embotellado aquí Gosset es una auténtica maravilla de rosado. Vinoso como un borgoña tinto y además cremoso, sin agresividad, sino bien maduro y suave: puede acompañar una tabla de quesos o un picnic elegante. Otras buenas combinaciones son el cochinillo o la oca asada. 17,5 Veuve Cliquot Ponsardin La Grande Dame 1995 ¡Qué apetitoso! Dominan las notas de repostería, magdalenas, vainilla, mantequilla, cremoso, suave y redondo en boca... de pecado. ¡No debe dejarse madurar más! 17,5 Veuve Cliquot Ponsardin La Grande Dame rosé 1995 Un rosado cremoso, equilibrado, increíblemente frutal, muy amable, adecuado para muchas circunstancias: como aperitivo, para acompañar galletas saladas y embutidos, tarrinas y pastelillos. Sencillamente apetitoso. 17,5 Mailly Grand Cru La Terre 1996 Está ahora en su máximo esplendor. Las notas de frambuesa recuerdan a un borgoña maduro, las burbujas apoyan con su cremosidad, el conjunto termina de forma refinada y larga. Magnífico con aves, ternera, casquería. 17,5 Ruinart Dom Ruinart 1993 Ya nos gustó esta añada cuando era aún más floral. Se ha hecho más especiado, más maduro, increíblemente complejo, ahumado, pero todavía elegante y fresco gracias a su magnífico final cítrico. Increíblemente bueno: para disfrutar ya. 18 Henriot Cuvée des Enchanteleurs 1988 La nariz inimitable y seductora del champán maduro, con notas de magdalenas, frutos secos, galletas de mantequilla, pero también grosellas rojas y frutos exóticos, magnífico en este momento, aún fresco, una delicia. Se disfruta tal cual, pero también puede acompañar una comida. Casta impresionante. 18 Mailly Gran Cru L’Intemporelle 1998 Sencillamente magnífico. Es raro encontrar una mezcla tan lograda de frutosidad y casta, de plenitud y finura. Las burbujas son de una cremosidad ejemplar, los aromas cítricos y florales son de la máxima finura y pureza, incluso el envase está muy conseguido. Los cooperativistas de Mailly son un ejemplo para todos. 18 Taittinger Comtes de Champagne Blanc de Blancs 1995 Nada de la gravedad que caracteriza a veces a este año, sino más bien, y como siempre, magníficamente cremoso y lleno de finura, con un final seductor de vainilla y magdalena. Un champán ideal para encuentros entre dos. 19 Krug Rosé El Krug Rosé es algo único desde que existe. Los aromas ahumados recuerdan a barricas antiguas, la frutosidad a un borgoña maduro, las burbujas cremosas nos advierten de que se trata de un champán, y el final de regaliz y anís nos dice que es un vino muy especial. Quitamos la grasa a un riñón de ternera y lo freímos crujiente por fuera y sangrante por dentro, lo envolvimos en un par de líneas del Ulises de Joyce y nos dejamos llevar por aromas de otro mundo. Magnífico, único: para seducir al amor de su vida. 20 Krug Millésimé 1988 Hace dos años ya le dimos la máxima nota a este vino. Después de que hace dos meses abriéramos una botella algo decepcionante por su carácter plano y envejecido, esperábamos naturalmente esta cata con especial interés. Inconfundible ya con el primer soplo de su aroma, nos impresionó una vez más con esa estructura potente y densa, totalmente evolucionada, interminable y superior, con la nota amarga del final que únicamente tienen los grandes champanes, con una casta y vigor insuperables. Nos pone en el dilema de devaluar la categoría de este vino o aumentar nuestra escala de puntos. 20 Bollinger Grande Année 1996 Lo que es el Krug del 88 por su fuerza desbocada lo es el Bollinger del 96 por su increíble finura. Todo es superlativo en este vino: la complejidad, la densidad, la casta, la duración, la cremosidad, la nobleza... 100% de felicidad en 75 cl de vino.