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Parece ser que Toro y su comarca se ha convertido en el sueño americano de una elite de bodegueros. Los nuevos inquilinos de esta entrañable comarca, provienen de denominaciones consolidadas. En ella ha invertido su experiencia y su capital, famosas y acreditadas bodegas. Pero ahora se plantea un serio problema: las viejas viñas de Tinta de Toro, las de las uvas milagrosas, están en la misma proporción que hace unos años. Hasta ahora, apenas siete bodegas se repartían la uva con mayor o menor equidad. Ahora, las viejas viñas siguen siendo las mismas para muchas más bodegas. Los expertos sospechan que dentro de unos años los precios de esta materia prima, la buena, la que marca la diferencia, alcanzará límites insostenibles. La cercana Cigales despierta al tinto. La que fuera en el pasado una comarca privilegiada y poseedora de apreciados vinos claretes, se ha pasado en bloque del rosado al tinto. Y es sin duda un acierto porque sus viñedos guardan nobles variedades como al Tinto fino o la Garnacha que debido a las especiales condiciones de la zona pueden dar tintos con mucha personalidad. En Sauternes, desde 1995 sólo han obtenido cosechas extraordinarias y producido vinos excelentes… con el resultado de que los precios se desploman. Los primeros de esos años ya están embotellados y han cumplido con creces lo que prometían en las catas como vinos jóvenes. Esto hace que los amantes del vino tengamos que enfrentarnos a una elección difícil: ¿compramos algo más del cremoso 95, o mejor del delicado 96, o debemos invertir en el extraordinariamente completo 97? Y Chile está asombrando a todos. Hace una década apenas había allí un puñado de vinos de nivel internacional. Ahora se elaboran en muchísimos lugares productos que no tienen nada que envidiar a ningún vino del mundo. Algunos se encuentran en la máxima categoría internacional. Entre las bodegas más conocidas, Concha y Toro, Errazuriz, Santa Rita, Montes (antes Discover Wine) o Casablanca permanecen a la cabeza del país con sus mejores vinos.