- Redacción
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- 2001-02-01 00:00:00
Vienen exultantes, plenos de aromas y de frescura. Los vinos de maceración carbónica del 2000 nos ofrecen sus encantos con la espontaneidad de los recién nacidos. Son fieles representantes del año climático, de las variedades de cada comarca y del adelanto tecnológico que ha experimentado el sector. Son, además, la avanzadilla de lo que será el año, una vendimia que pasará a la historia como la cosecha de la abundancia. .
El Vintage, para muchos la expresión máxima del vhino do Porto, nos aproxima un poco más al olimpo de los grandes vinos del mundo. Hemos tenido el privilegio de catar veintitrés de los grandes de la cosecha del 97, una de las mejores entre las últimas, según la mayoría de los elaboradores de Oporto. A pesar de que estos vinos todavía atraviesan una fase inicial, se confirma la impresión general. A sus potentes aromas de fruta madura, de fugaces recuerdos especiados, de sublime concentración de sabores, se le debe unir la crianza en botella, trámite imprescindible para poder apreciarlos debidamente.
La Barbera se ha establecido definitivamente como la variedad de uva más alegre de Italia. Lo que la Nebbiolo y la Sangiovese no siempre soportan bien –una extracción excesiva a costa de la elegancia, o demasiada madera de roble–, la Barbera lo aguanta sin inmutarse. Aunque siempre con la condición de que se tenga en cuenta su temperamento y no se la intente domar; es decir, que se acepte que produce unos vinos desbordantes, que poseen tanto acidez como taninos, color, alcohol, fruta y especias.
Hemos hallado lo que buscábamos en la región de las Graves: unos burdeos a precios asequibles. La cuna del burdeos tuvo que luchar con algunas dificultades desde que, a mediados de la década de 1980, se separaron los municipios próximos a la ciudad, que desde entonces comercializan sus vinos como «Pessac-Léognan». Esto hizo que los Graves originales perdieran de un golpe sus locomotoras, los Crus classés, por lo que se sumieron en un letargo durante años. Ahora, afortunadamente, esto parece haber cambiado abruptamente.
Por último, hacemos un repaso de las grandes añadas de La Mission Haut-Brion que se caracterizan por una especial carnosidad y aterciopelamiento, seductoramente especiadas y elegantes. Presentamos una degustación vertical de las últimas 12 cosechas, entre 1987 y 1998, realizada a final de septiembre de 2000.