- Redacción
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- 2001-10-01 00:00:00
Cuando en Burdeos se reducen los controles de alcoholemia y tanto los hoteles de lujo como los locales de moda se ven asaltados por hombres y mujeres ojerosos con la lengua azulada y los dientes negros, que acompañan el ligero menú del día con agua mineral o, aún peor, incluso Coca-Cola, se sabe que un año más ha llegado el momento del primeur. Los vinos jóvenes, que aún dormitarán otros doce meses en la barrica, son ofrecidos para la cata antes de su embotellado. Más de 4.000 comerciantes de vinos y un largo centenar de periodistas especializados de todos los rincones del mundo valoran a finales de marzo el vino joven de la última añada y sacan sus conclusiones. En las siguientes semanas, los principales châteaux pondrán a la venta por suscripción la mayor parte de su cosecha: en la mayoría de los casos, a través de los comerciantes locales y, sólo en raras ocasiones, de forma directa a los revendedores.
Algo que otros años se parece a un duro examen de selectividad fue esta vez un juego de niños, o casi. Bromas aparte: hacía 10 años que la cata de los vinos jóvenes de Burdeos no resultaba tan agradable. No sólo porque casi todos los vinos presentan un nivel notable, sino porque el año tiene un estilo que
-reconozcámoslo sin ambages- nos gusta especialmente.
Los burdeos del 2000 son magníficos, y además de corte clásico. «La vuelta al terruño», titulábamos hace sólo un año en estas páginas. Ese titular sigue siendo válido. En esta ocasión hemos podido degustar un número aún mayor de vinos que permanecen fieles a su estilo personal y al de su zona correspondiente. Los châteaux que apuestan por vinos tecnológicos sobreconcentrados y sobremaderizados están perdiendo su hegemonía de forma lenta pero segura. Por supuesto, la naturaleza ha ayudado mucho a este cambio de estilo que ya se había percibido en 1999. Gracias a una meteorología extraordinaria, los niveles de producción fueron menores de lo esperado casi por doquier, de forma puramente natural y puede que en parte ni siquiera deseada. Esto hizo que la concentración necesaria, que en los últimos años tuvo que lograrse a menudo artificialmente -con técnicas como la saignée, la ósmosis inversa o el denostado vaporizador de vacío- pudiera conseguirse gratis.
La maduración de la uva se desarrolló de forma tranquila y sin excesos térmicos, si se exceptúan tres semanas calurosas y secas en agosto, que generaron una tal riqueza de taninos que hizo temer que los vinos serían tan duros y angulosos como los del famoso 1975. Aquel año dio lugar a unos vinos tan ricos en taninos que muchos de ellos aún siguen sin estar maduros hoy, y probablemente tampoco lo estarán mañana. Sin embargo, desde 1975 ha cambiado casi todo en Burdeos: desde los viñedos hasta las técnicas de cultivo y vinificación o los propietarios de las fincas...
Por primera vez desde 1990, el tiempo acompañó a los vendimiadores de la Gironda. Por una vez, la alegría de la cosecha no se vio enturbiada por periodos de lluvia: los chubascos otoñales sólo empezaron a partir del 12 de octubre, para no cesar durante meses. Sin embargo, para esa fecha la mayoría de las fincas ya había recogido toda la vendimia, si se exceptúan los châteaux de Sauternes, los únicos no mimados por el tiempo, y que por consiguiente cosecharon cantidades muy modestas, correspondientes sobre todo a uvas recogidas en las primeras pasadas. Por lo tanto, el 2000 es un año de tintos. Aunque los mejores Sauternes y Barsac de dulzor noble tienen una calidad notable, no alcanzan la de 1999 ó 1997. Tampoco están a la altura de los últimos años los blancos secos, que sufrieron mucho los calores de agosto.
Sin embargo, la lluvia impidió cualquier exceso de maduración en los tintos. Esto hace que incluso algunos vinos que suelen flirtear con la sobremaduración presenten en el 2000 una gran frescura y casta.
Puede incluirse el 2000 entre las añadas clásicas de Burdeos como 1986, 1988 o 1996; sin embargo, la verdad es que es un año que sólo se parece a sí mismo. A pesar de su concentración y de su contenido récord en taninos, los vinos resultan extraordinariamente equilibrados, especialmente los obtenidos a partir de uvas Cabernet. Esa es de hecho una de las principales características (y una de las principales virtudes) de la cosecha del 2000: demuestra a todo el mundo lo que es de verdad un gran Cabernet Sauvignon. En los mejores terrenos, esta variedad alcanzó una madurez y equilibrio que resultan raros incluso en Burdeos. Esto llevó a unos valores récord de azúcar y taninos, con una acidez relativamente marcada pero no agresiva, perfectamente ligada, y unos aromas frutales increíblemente complejos que no tienen nada que envidiar a los de años calurosos como 1989 y 1990. Los mejores Cabernet tienen un inicio frutal y gustoso como una jalea de moras, llenan la boca hasta el último rincón del paladar y terminan de forma tan jugosa como un Syrah del valle del Ródano. Y su postgusto tiene una persistencia auténticamente asombrosa. Por ello, los vinos del 2000 son aptos para una crianza prolongada, y en su día es posible que rompan récords en ese sentido; sin embargo, también se los podrá disfrutar relativamente pronto. Esto quiere decir que nuestros hijos y nietos todavía gozarán de los mejores burdeos del 2000, pero también podremos hacerlo los padres...
En junio sólo habían salido al mercado alrededor de dos docenas de vinos, todos ellos con subidas de precios relativamente razonables situadas entre un 5% y un 10%. A la vista de la excelente calidad, no sólo entre los mejores sino también en la categoría media, por fin volverá a ser posible conseguir vinos de primera que realmente valgan su precio (que sigue siendo muy elevado). Incluso si se producen especulaciones, al menos podremos consolarnos pensando que vuelven a estar en juego los valores reales del interior de la botella, y no los valores virtuales de la etiqueta. ¿Podrían desear algo mejor los amantes del burdeos para este año jubilar?
Médoc
Aunque a algunos vinos les falta elegancia y los taninos resultan ocasionalmente algo amazacotados, en la poco conocida zona septentrional de la península vinícola son cada vez más las bodegas que producen unos vinos que –aunque no resulte imprescindible suscribirlos– madurarán bien, por lo que dentro de unos años nos proporcionarán grandes placeres sin costar un ojo de la cara.
Château Loudenne
14 Frutosidad delicada, fresco, digestivo, de dimensión media. 2006 a 2012.
Château La Tour de By
14,5 Frutosidad gustosa, taninos ásperos apenas secos; no le falta elegancia. 2006 a 2012.
Château Les Grands Chênes
14,5 Jugoso y gustoso, posee casta y taninos angulosos y ásperos.
Château Ramafort
14,5 Bastante frutosidad, taninos vigorosos, mucha madera nueva. 2008 a 2016.
Château Rollan de By
14,5 A pesar de la nariz de madera nueva que resulta algo exagerada, también posee una frutosidad de bayas muy agradable y unos taninos vigorosos y ásperos. 2006 a 2014.
Château Vieux Robin
15 Compacto, fruta jugosa, taninos ásperos, posee casta. 2008 a 2016.
Château Fontis
15,5 Cada año nos sorprende más: muy concentrado y vivo, frutosidad gustosa y jugosa, taninos redondos apenas amargos de excelente calidad, muy agradable. 2010 a 2015.
Château Potensac
15,5 Marcadamente jugoso y fresco, taninos suaves y gustosos, bastante casta, puede madurar. 2006 a 2014.
HAUT MÉDOC
Por la propia naturaleza de esta región poco homogénea, cuyos viñedos se extienden desde las puertas de la ciudad de Burdeos hasta Saint-Seurin-de-Cadourne 70 kilómetros al norte, es normal que los resultados sean muy variables. Dentro de unos años podrán comprarse muchos Crus burgeois a precios razonables. Por lo tanto, para la compra en primeur conviene ceñirse a los vinos más conocidos. Resultan especialmente conseguidos La Lagune, Cantemerle y el Cru burgeois (nada barato) Sociando Mallet.
Château Citran
14 Algo áspero y anguloso de más, con notas de tueste y café que resultan algo artificiosas. 2005 a 2012.
Château La Tour Carnet
14 Aromas de chocolate y café algo gustosos en exceso; taninos compactos y sólidos, con la misma aspereza que ha caracterizado a esta finca en el pasado.
2006 a 2012.
Château Cissac
14,5 Floral y especiado, notas de cedro, taninos ásperos bien ligados todavía algo rugosos, mucha madera. 2008 a 2016.
Château Clément Pichon
14,5 Muestra muy marcada por la madera, tras la que se halla una frutosidad jugosa y gustosa, taninos ásperos y apetitosos, no le falta elegancia. 2006 a 2015.
Château Charmail
14,5 Menos arrogante que otas veces: nariz ahumada agradable, frutal en boca, rico en extractos, taninos frescos y bien ligados. 2006 a 2014.
Château Coufran
14,5 Taninos gustosos y maduros, sin demasiada profundidad pero con plenitud aterciopelada, quiere gustar. 2005 a 2012.
Château Malescasse
14,5 No es un dechado de finura, pero resulta muy fiable, denso, con bastante plenitud. 2006 a 2014.
Château Verdignan
14,5 Bastante compacto, final ligeramente amargo, puede madurar. 2006 a 2014.
Château Belgrave
15 Da la impresión de que los técnicos del grupo CVBG manejan mejor los años difíciles. Al Belgrave del 2000 no le falta concentración, pero sí carácter y elegancia. La madera resulta excesivamente intensa, el final tiene una nota de caramelo y está marcado por la madera, los taninos son toscos y angulosos. ¿Quizás la crianza aportará más profundidad? 2005 a 2012.
Château Bernadotte
15 La primera añada realmente lograda de esta finca, administrada desde hace algunos años por el equipo de Pichon Lalande: llena la boca de bayas maduras, plenas y apetitosas, taninos frescos, gustoso final de moras. 2006 a 2014.
Château Camensac
15 Un vino fiable, no es un prodigio de profundidad pero está bien hecho. Jugoso y ahumado, taninos maduros y redondos. 2005 a 2012.
Château Maucamps
15 Frutosidad de bayas plena y fresca, bastante plenitud, taninos ásperos con casta, algo herbáceos pero precisamente por ello frescos. 2006 a 2014.
Château Tour du Haut Moulin
15,5 Como siempre, resulta especialmetne recomendable: seductores aromas especiados, chocolate y café, frutosidad agradable y taninos firmes y con casta. 2008 a 2018.
Château Grandis
15,5 Los amantes de vinos robustos, originales y duraderos apreciarán este vino: es compacto, áspero y fresco, con aromas especiados de Cabernet. ¡Meta un par de Magnum en la bodega para sus nietos! 2010 a 2025.
Château Lamothe Bergeron
15,5 Gustoso, con mucho extracto y jugosidad, taninos perfectamente ligados con la madera, una buena dosis de alcohol al final. 2008 a 2015.
Château Cantemerle
16 A quien no quiera esperar 10 años para disfrutar sin inhibiciones de un burdeos del 2000 le recomendamos este vino muy amable y bien perfilado, que no sólo posee abundantes taninos maduros, elegantes y gustosos, sino que en este estadio temprano también gusta por su extraordinaria frutosidad, con notas de uvas frescas, cerezas y moras. Damos nuestra nota confiando en que evolucione armoniosamente...
2006 a 2012.
Château d’Arche
16 Un vino excelente. Aromas sutiles con notas de café, frutosidad gustosa y jugosa, taninos muy equilibrados de textura aterciopelada y suave, sin ninguna dureza, mucho frescor y casta. 2008 a 2016.
Château la Lagune
16 A pesar de las marcadas notas de madera nueva, también es muy gustoso y suave, con un estilo agradable y alegre, floral y mineral: seguro que lo disfrutará. 2006 a 2014.
Château Sociando Mallet
17 Después de una serie de vinos marcadamente elegantes y equilibrados (obligados por las añadas) volvemos a encontrarnos con un Sociando Mallet especialmente robusto, con los firmes taninos Latour que dieron una fama extraordinaria a este vino en la década de 1980, pero ahora más refinados. ¡Imprescindible!
2012 a 2025.
Margaux
Puede que sea la appellation más homogénea del año 2000. Aquí merece la pena la compra incluso en los vinos menos conocidos y muy especialmente en el caso de los mejores Crus burgeois. La Gurgue y Monbrison desaparecerán como un dulce a la puerta de un colegio. También puede apostarse por pagos como Le Tertre, Brane Cantenac o Cantenac Brown, que aún no son demasiado conocidos pero han producido vinos de altísimo nivel, o por los Marquis d’Alesme o Boyd Cantenac, sencillos y aún asequibles. En Margaux, lo difícil es decidirse.
Château Rauzan Gassies
14 Muy conseguido, con un registro algo tosco no demasiado refinado. 2005 a 2012.
Château La Tour de Mons
14,5 Jugoso, gustoso, agradable, podrá disfrutarse muy pronto. 2005 a 2012.
Château Lascombes
14,5 La primera muestra se devolvió por presentar tonos fallidos. En la segunda cata realizada en bodega resultó jugoso, con taninos maduros bien ligados, poco profundo pero carnoso y con jugo. 2006 a 2014.
Château Paveil de Luze
14,5 Desde hace dos o tres años está causando una impresión positiva. Afrutado, elegante, suave, amable, aunque en este estadio temprano presenta demasiadas maderas nuevas al final. 2006 a 2012.
Château Pouget
14,5 Posee una buena dosis de frutosidad, taninos anchos pero gustosos, un vino agradable que gustará. 2006 a 2012.
Château Boyd Cantenac
15 Ya la nariz es prometedora: en boca es sensacionalmente gustoso, con frambuesas frescas, taninos ásperos y gustosos, sólo algo bastos al final. Muy bueno. 2008 a 2016.
Château d’Angludet
15 Las notas de champiñón en nariz resultan algo sorprendentes, pero en boca tiene una frutosidad gustosa y jugosa, elegancia y taninos que rascan un poco, aunque a cambio resultan muy frescos. 2006 a 2016.
Château Malescot Saint Exupéry
15 Muy simpático en su estilo algo tosco, áspero sin llegar a ser rústico. Fruta gustosa, taninos vigorosos que garantizan una excelente maduración. 2007 a 2015.
Château Prieuré Lichine
15 Un vino que podría encontrarse en cualquier lugar del mundo, bien hecho pero sin ninguna tipicidad: muestra muy marcada por la madera, agradable frutosidad de moras, taninos plenos sin aristas ni ángulos. 2006 a 2012.
Château Dauzac
15,5 Como siempre muy denso y jugoso, taninos extremadamente firmes, ásperos pero no desecantes. Gustará, puede madurar. 2008 a 2018.
Château Desmirail
15,5 Vino agradable, con los particulares aromas de notas frutales y menta exclusivos de esta finca; en boca no es ancho sino largo, con taninos ásperos, gustosos, sólo ligeramente secos al final. Sienta muy bien, idóneo para la comida. 2006 a 2016.
Château Durfort Vivens
15,5 Notas frutales interesantes, con los aromas especiados algo animales de la madera; después resulta más neutro y franco; taninos ásperos, apetitosos y jugosos, que recuerdan a moras. 2006 a 2018.
Château Giscours
15,5 Hacía tiempo que la cata no resultaba realmente positiva. Sigue sin ser un prodigio de profundidad, pero es gustoso y delicado gracias a las notas de café y caramelo de frambuesa. Factura perfecta, buena presentación, abundantes taninos delicados y suaves a pesar de la madera ahumada, cierta ligereza. 2006 a 2014.
Château La Bégorce Zédé
15,5 Pleno y jugoso, con frutosidad gustosa, lleno de frescor y casta y con una refrescante nota herbácea al final. 2008 a 2020.
Château Marquis d’Alesme Becker
15,5 Mejora constantemente desde hace tres años: bien estructurado, final áspero, frutal, sólo ligeramente seco. Un vino agradable y gustoso con una dimensión que sienta muy bien. 206 a 2016.
Château Marquis de Terme
15,5 Fiable, aunque no demasiado inspirado: frutosidad agradable y madura, constitución buena no exageradamente densa, taninos maduros y ásperos ligeramente secos. 2006 a 2016.
Château Kirwan
16 Por fin un Kirwan elegante que posee más frescura que en los últimos años y no brilla sólo por la sobreextracción y la gran madurez. Jugosa frutosidad de frambuesas, plenitud agradable, taninos perfectamente maduros pero también frescos, madera nueva presente pero no exagerada: agradable. 2006 a 2016.
Château La Gurgue
16 Uno de los muchos vinos muy logrados aptos para presupuestos más modestos: La Gurgue de Claire Villar merece una mención especial. Seductoras notas florales, taninos maduros y jugosos, gustosa frutosidad de bayas. 2008 a 2016.
Château Margaux Pavillon rouge
16 Todo él está hecho de frutosidad fresca y jugosa, presenta unos taninos ásperos con casta pero suaves, plenitud agradable. Mucho caramelo al final. 2006 a 2012.
Château Brane Cantenac
16,5 En los últimos años destacó más por la concentración que por la finura. El 2000 ha cambiado las cosas: frutosidad gustosa, taninos lisos tan perfectamente ligados que sólo se percibe su casta al final. Aromas de extraordinaria finura. Extraordinario. 2008 a 2020.
Château Cantenac Brown
16,5 El de 1999 fue muy bueno, pero el del 2000 es una maravilla: con él, Cantenac ingresa definitivamente en el grupo de cabeza de su categoría. Abundante frutosidad gustosa, taninos de extraordinaria frescura y casta magníficamente maduros y gustosos, concentrado y pleno. 2006 a 2016.
Château d’Issan
16,5 También d’Issan presenta una calidad especialmente buena en este año. El vino del 2000 agrada por su casta, sus taninos gustosos, frescos y jugosos y la madera dosificada con precisión. 2008 a 2020.
Château du Tertre
16,5 Otra finca cuyos progresos saltan a la vista desde hace tres o cuatro años, y que con el 2000 ha conseguido un particular éxito. Lo primero que llama la atención es la gran clase de los taninos, que se presentan gustosos y delicados, redondos y con casta al mismo tiempo. Los aromas lo confirman: grosellas, moras, con un agradable apoyo de la madera nueva. 2008 a 2018.
Château Ferrière
17 Una delicia: ya no presenta únicamente notas de café y frambuesa y taninos mansos como corderos, sino también frescor y casta, taninos firmes y plenos, magnífica duración y final de bayas maduras. Se le hace a uno la boca agua: ¡hay que comprarlo! 2006 a 2014.
Château Rausan Ségla
17 Plenamente conseguido: posee notas seductoras de fruta madura y taninos de moras que recuerdan a los de Palmer. 2008 a 2020.
Château Monbrison
17,5 Nariz arrolladora, notas de cereza, un soplo de almizcle, extremadamente fino y delicado; la frutosidad más gustosa que quepa imaginar, pero totalmente libre de dulzor perceptible, gran densidad, con casta, frescor y jugosidad increíbles: una maravilla. 2008 a 2020.
Château Palmer
17,5 Extremadamente gustoso y seductor con su nariz embriagadora de bayas negras, sus taninos redondos y plenos nada estrictos y el largo final con notas de moras. Garantizamos que lo disfrutará, aunque no llega a estar entre los vinos excepcionales del año: le falta para ello algo de casta e inspiración. 2008 a 2020.
Château Margaux
18,5 Son pocos los vinos que combinan de forma tan lograda la fuerza y la delicadeza: frutosidad increíblemente gustosa que recuerda a grosellas rojas frescas, denso, increíblemente pleno pero nada pesado sino todo lo contrario, con taninos de gran persistencia. ¡Una obra maestra! 2015 a 2040.
Saint Julien
Aunque Saint Julien posee el territorio más homogéneo del Médoc, la cata del 2000 presenta aquí resultados muy diversos. Algunos taninos se parecen más bien a los de Pauillac, lo que simplemente significa que podrán madurar mucho tiempo. A cambio hay algunas sorpresas agradables en la segunda fila: Langoa Barton y Saint Pierre han resultado extraordinariamente conseguidos, y Talbot es una de las estrellas del año dentro de su categoría.
Château Beychevelle
14,5 Taninos ásperos y angulosos, estructura robusta, madera bien ligada. Tiene casta, con madurez media. 2002 a 2010.
Château Gloria
15 El mejor Gloria de los últimos años: suave, equilibrado, frutosidad gustosa, taninos maduros, final marcado por las maderas nuevas. Bastante alcohol. 2008 a 2016.
Château Moulin de la Rose
15 Posee elegancia, taninos suaves, notas frutales gustosas. 2007 a 2014.
Château Branaire Ducru
15,5 Las muestras criadas en maderas nuevas resultan algo estridentes y bastas. Mucho mejor el ejemplo catado directamente en la bodega a partir de una barrica usada: gustoso y apetitoso, pleno, sin los taninos de pólvora que nos molestaron algo en la primera cata. 2008 a 2010.
Château Lagrange
15,5 La nariz es seductora y el inicio jugoso, pero esto no oculta suficientemente la aspereza y sequedad de los taninos. Puede madurar. 2008 a 2016.
Château Langoa Barton
16 Quien no quiera esperar 20 años para disfrutar de un 2000 puede recurrir a este alegre vino: densidad enorme poco frecuente, bastante jugo, taninos gustosos sólo algo desvaídos al final; desde luego, no es un dechado de finura, pero está lleno de casta, chispa y temperamento. 2006 a 2016.
Château Saint Pierre
16 Posee casta y fuerza, los taninos tienen el punto exacto de madurez y son gustosos, angulosos y una pizca amargos. Madurará excelentemente. 2008 a 2020.
Le Clos du Marquis
16,5 Tiene fuerza y casta, abundantes taninos ásperos y angulosos, aromas apetitosos que recuerdan a moras y grosellas, podrá madurar durante mucho tiempo, tras lo cual podría sumar medio punto más. 2008 a 2016.
Château Léoville Poyferré
16,5 Abundante fruta jugosa, gran frescura y casta, taninos ásperos y angulosos que no resultan sobremaduros: gusta por su carácter, y está construido para una maduración larga. No es un vino para deslumbrar. 2010 a 2025.
Château Talbot
16,5 Un Talbot de calidad muy especial, con una frutosidad gustosa que recuerda a moras, taninos maduros, redondos y perfectamente ligados. ¡No lo deje escapar! 2010 a 2020.
Château Ducru Beaucaillou
16,5 Su estilo resulta más tradicional que en los últimos años, posee abundantes taninos ásperos, angulosos, tal vez excesivamente. Lo catamos dos veces, y las dos nos vimos un poco decepcionados. Concedemos esta nota confiando en una evolución armoniosa. 2015 a 2030.
Château Gruaud Larose
17 Lo que me gusta en este vino es su factura plenamente auténtica, su fidelidad al terreno y al estilo. No es ya un vino tecnológico como ocurrió entre los años 1995 y 1998, sino el Gruaud que conocíamos de antes, sólo que más fresco, mejor hecho, con sus taninos siempre algo duros y ásperos, su gusto típico de Cabernet bordelés, su gran duración, su mineralidad y aromas ahumados. Hecho para una larga vida. 2015 a 2025.
Château Léoville Barton
18,5 Sencillamente delicioso: casi nunca había disfrutado en un vino de tanta mermelada de moras finísima. Este vino no se cata sino que se come, lentamente y disfrutando. El acento se ha puesto totalmente en los taninos apetitosos, jugosos, robustos pero no agresivos. Un clásico, hecho para una larga vida. 2010 a 2030.
Château Léoville Las Cases
18,5 Un Las Cases de fuerza y nobleza inauditas, con taninos angulosos, robustos pero nada toscos, que garantizan una larga vida: increíblemente firme y sólido y muy, muy largo. Más Latour que Lafite. 2010 a 2030.
Pauillac
El 2000 es el año de los clásicos y de los vinos con un toque marcado de Cabernet. Hay muchos vinos muy agradables y duraderos: aquí se compra para los nietos. Es mejor apostar por los Crus classés que por los Crus bourgeois, que de todas formas son muy raros. También merece la pena comprar en primeur algunos vinos menos conocidos como Batailley o Haut Bages Libéral. También están muy conseguidas algunas de las segundas marcas.
Château Haut Bages Monpelou
14 Fresa y grosella; frutosidad y jugo, taninos ásperos de madurez media que rascan un poco. 2005 a 2010.
Le «Pauillac» de Château Latour
14 Tiene jugo y bastante fruta fresca y aspereza. 2006 a 2010.
Château Pédesclaux
14 Abundante frutosidad jugosa y muy madura, taninos ásperos muy suaves, aromas especiados algo raros que recuerdan a pan de especias. Agradable, madurará bastante pronto. 2005 a 2012.
Château Pibran
14 Se cató dos veces y las dos decepcionó: los taninos parecen aguados, sin casta; el conjunto es demasiado redondo, demasiado soso. 2007 a 2015.
Château Haut Bages Averous
14 Notas de licor de cerezas, gran plenitud, bastante frutosidad; la segunda marca de Lynch Bages obtiene un resultado especialmente bueno este año. 2005 a 2008.
Château Lynch Moussas
14,5 Redondo y pleno, muestra muy marcada por las maderas nuevas. 2006 a 2012.
Château d’Armailhac
15 Fiable, aunque no demasiado profundo; jugoso, pleno, suave, taninos ásperos. 2006 a 2014.
Château Grand Puy Ducasse
15 Taninos durísimos propios de un Pauillac, factura compacta y áspera, hecho para una madurez larga; no necesitaría en absoluto tanta madera, que no hace sino reforzar la aspereza y sequedad. También resulta algo molesto el elevado contenido alcohólico. 2010 a 2018.
Château Haut Batailley
15 Jugoso, maduro, pleno, pero como siempre con final algo áspero y ligeramente verde. 2006 a 2016.
Château Clerc Milon
15,5 Marcado por los taninos, con casta increíble y taninos vigorosos. Muy al estilo de Pauillac. 2008 a 2018.
Les Carruades de Lafite Rothschild
15,5 Esta segunda marca consolará a los que no puedan acceder al grand vin: es el mejor de los segundos vinos de este año. Fresco y gustoso, taninos plenos pero suaves. 2006 a 2016.
Les Forts de Latour
15,5 Un Les Forts especialmente agradable, con notas discretas de grosella, mucha casta en boca, abundantes maderas nuevas, áspero y sólido. 2008 a 2018.
Château Pontet Canet
15,5 Hecho totalmente de taninos densos, plenos y ásperos, alrededor de los cuales se agrupa la frutosidad; final áspero alquitranado. Posee sin duda el potencial para una larga vida, aunque siempre será anguloso y masculino. Sin embargo, está cerca de los 16 puntos. 2010 a 2020.
Château Batailley
16 Especialmente recomendable, notas de bayas maduras, grosella, pleno y denso en boca, taninos vigorosos, hecho para la madurez, con bastante tipicidad y carácter. 2008 a 2016.
Château Duhart Milon Rothschild
16 Natriz maravillosa, compleja, ahumada-floral; taninos magníficamente elegantes, al misno tiempo pulidos pero compactos. 2008 a 2020.
Château Grand Puy Lacoste
16,5 Nariz seductora, compleja, con notas de fruta y madera, taninos de casta increíble, jugoso y largo a pesar de la plenitud que rodea los taninos. 2010 a 2020.
Château Haut Bages Libéral
16,5 Nos gustó mucho en todas las catas, y merece una recomendación especial: posee las típicas notas de peonía de las grandes añadas del Médoc; jugoso y fresco en boca, con casta y frescor; excelente, pues no flirtea con una madurez aburrida y artificiosa. 2010 a 2020.
Château Pichon Longueville Comtesse de Lalande
17 Nariz seductora con notas de saúco, tabaco y picotas, en boca presenta unos taninos maravillosamente maduros, frescos y gustosos, frutosidad delicada, un vino muy agradable. 2010 a 2020.
Château Lynch Bages
17,5 Una maravilla. Más jugoso, denso y gustoso que nunca. Taninos vigorosos, con un componente herbáceo apenas perceptible que añade casta adicional y da al vino originalidad y refinamiento. 2010 a 2030.
Château Mouton Rothschild
18 Jugoso, frutal, con casta, desbordantemente pleno, con taninos maduros que llenan la boca. 2012 a 2030.
Château Pichon Longueville Baron
18,5 La nariz despierta expectativas, es compleja, fina, ligera, misteriosa y especiada; lo que llama la atención desde hace algunos años es el dinamismo de este vino, su casta. Ya no hay nada de extracción forzada, sino sólo la densidad de la fruta, la enorme elegancia de los taninos, la nobleza y el carácter propio. 2010 a 2030.
Château Latour
18,5 Magníficamente complejo, impetuoso, jugoso, denso, enormemente áspero y anguloso sin ser agresivo ni duro: combina perfectamente tradición y modernidad. 2015 a 2030.
Château Lafite Rothschild
19,5 Ya el aroma es arrollador, con un soplo de saúco, discretas notas especiadas y componente mineral; resulta fantástica la finura y nobleza de los taninos, perfectamente maduros pero al mismo tiempo también con casta y vigor, aunque sin ángulos ni aristas; un ejemplo de libro de fidelidad al estilo, de finura y de elegancia. 2015 a 2040.
Saint Estèphe
Los mejores terrenos han producido vinos magníficos. A cambio, muchos crus burgeois de zonas menos buenas obtienen resultados algo decepcionantes en comparación con añadas anteriores. La extracción no siempre se ha controlado de forma óptima, lo que tiene como resultado unos taninos toscos con sabor a posos de café. Pueden comprarse por suscripción Meyney y de Pez si se consigue una oferta a buen precio. En cambio, el magnífico Phélan Ségur (una de las estrellas del año) no se comercializará hasta el 2002.
Château Andron Blanquet
14 Frutosidad plena, taninos ásperos, final algo seco marcado por la madera, fiable. 2006 a 2010.
Château de Marbuzet
14 Robusto, frutosidad apetitosa, bastantes taninos ásperos, con casta. 2006 a 2014.
Château Le Crock
14 Áspero y anguloso, aromas interesantes de un Cabernet de madurez muy justa. 2006 a 2010.
Les Pagodes de Cos
14,5 Saúco y jacinto; no le falta elegancia, muy al estilo del hermano mayor, pero menos denso y con un final algo amargo y áspero. 2005 a 2010.
Château Les Ormes de Pez
14,5 Anguloso, robusto, ligera nota amarga al final, puede madurar. 2008 a 2018.
Château Lafon Rochet
15 Las notas de vainilla y saúco de la madera nueva molestan algo y cubren los taninos perfectamente maduros y la frutosidad gustosa y jugosa. La segunda muestra catada en la finca obtuvo una valoración muchísimo mejor. 2008 a 2016.
Château Le Boscq
15 Gustoso, áspero, apetitoso, con mucho extracto, lo tiene todo para una larga vida. Pero la abundante madera nueva ahoga un poco la tipicidad. 2006 a 2016.
Château Tour de Pez
15 Compacto y vigoroso, carnoso y áspero, bastante potencial. 2007 a 2014.
Château Tronquoy Lalande
15 Frutosidad apetitosa, taninos ásperos, bastante jugo y frescura, tiene casta, puede madurar. 2008 a 2016.
Château Beausite
15,5 Magnífica frutosidad jugosa, taninos con increíble casta, impetuoso y lleno de carácter a pesar de demasiadas notas de roble. Muy bueno. 2008 a 2016.
Château Chambert Marbuzet
15,5 Aromas seductores y complejos; posee elegancia, casta, taninos suaves pero firmes, muy bueno. 2008 a 2016.
Château Cos Labory
15,5 En su registro, siempre algo rústico y anguloso, es un vino auténtico, fiable y áspero, que madurará excelentemente. 2010 a 2025.
Château Meyney
15,5 Un Saint-Estéphe de libro: gran casta, taninos apetitosos, ásperos y angulosos, jugo y fuerza para una vida larga. 2010 a 2020.
Château de Pez
16 Aquí se expresa un gran terreno: taninos de máxima calidad, enorme densidad, fuerza, duración, aspereza, notas gustosas de arándanos al final; un vino excelente lleno de casta. 2010 a 2020.
Château Calon Ségur
17 Absolutamente seductor: floral y mineral, taninos gustosos, jugosos y especiados, con casta y profundidad. 2008 a 2018.
Château Montrose
17,5 Posee originalidad y casta, puede madurar durante mucho tiempo: abundante frutosidad jugosa y áspera de Cabernet, bastantes taninos robustos y angulosos. 2010 a 2025.
Château Phélan Ségur
17,5 Una vez más, la categoría es excelente. Posee casta y gran elegancia gracias a los taninos perfectamente maduros pero frescos, a las notas de moras maduras y al discreto tono amargo del final. Lo que hace tan apetecible a este vino son sus múltiples capas y su inmenso equilibrio. Atención: este vino no está disponible en primeur, y no saldrá al mercado hasta dentro de un año. 2010 a 2030.
Cos d’Estournel
18,5 Nariz de ensueño, con el preciso perfume seductor de peonías y rosas que hace tan grandes a los vinos del Médoc; nada de frutosidad grosera de mermelada, sino una gran complejidad: ¡una maravilla! Los taninos se despliegan lentamente en la boca, llenan el paladar con una presencia insistente que sin embargo no resulta pesada ni excesiva, y se agradecen como si fueran caricias suaves pero determinadas. 2010 a 2030.
Pomerol
Poco homogéneo, aunque el nivel va de decente a elevado. Existía un temor generalizado a unos taninos insuficientemente maduros y unos vinos al estilo del 75. Esto se intentó impedir por los medios más diversos: unos esperaron a la madurez óptima, otros dejaron macerar el vino durante menos tiempo. Por ello, los vinos más equilibrados del año poseen una gran frescura a pesar de su madurez (Clinet, Bon Pasteur), y los otros sorprenden por una cierta ligereza (como ocurre con los vinos de la casa Moueix). En general, el 2000 no alcanza en Pomerol el nivel de 1998, con algunas excepciones. El consejo de Vinum: compre sólo los mejores
Château Gazin
? Se cataron varias muestras totalmente distintas, por lo que resulta muy difícil de valorar. Parece tener concentración, una buena dosis de taninos ásperos y vigorosos y, por tanto, potencial para una larga vida. Sin embargo, volveremos a catar el vino en la finca para un comentario definitivo. 2008 a 2016.
Château Beausoleil
14 Mucha madera de roble, taninos ásperos, bastante rico en extracto. 2006 a 2012.
Château Chante Alouette
14 Afrutado, jugoso, taninos ásperos, concentración media. 2008 a 2014.
Château Gombaude Guillot
14 Bastante cuerpo, pero algo amargo al final.
2005 a 2010.
Château Lafleur Gazin
14 Armonía y fruta fresca en una variante equilibrada y agradable. 2004 a 2008.
Château Montviel
14 Interesantes notas de tueste en nariz, agradablemente pleno y afrutado en boca, taninos de estructura media, fiable. 2006 a 2012.
Château de Valois
14 Anguloso, compacto, con frutosidad y taninos ásperos. 2005 a 2010.
Château Vieux Maillet
14 Denso, pleno y largo, de expresión sencilla pero fiable. 2005 a 2010.
Clos Beauregard
14 Mucho roble, jugo y taninos ásperos. 2006 a 2012.
Clos la Madeleine
14 Vigoroso, muy afrutado y alcohólico.
2005 a 2010.
Clos Saint René
14 Taninos ásperos y vigorosos, apetitoso, robusto. 2006 a 2010.
Château Mazeyres
14,5 Gustoso aroma de fresa, aunque los taninos –como siempre en este estadio– resultan algo secos. 2005 a 2010.
Château Franc Maillet
14,5 Apuesta por el extracto, jugoso, mucha fruta, taninos maduros. 2006 a 2010.
Château La Tour de Pin Figeac Moueix
14,5 La frutosidad es franca y plena, los taninos suaves y bien ligados. 2006 a 2014.
Château Lagrange à Pomerol
14,5 Tiene plenitud, con taninos ásperos, bien ligados y maduros: fiable, un valor seguro. 2005 a 2012.
Château Marzelle
14,5 Jugoso, con taninos angulosos y una pizca herbáceos, ligera nota amarga al final. 2005 a 2012.
Clos René
14,5 Casta, mucha madera, bastante alcohol. Bueno. 2006 a 2010.
Château Rouget
15 Ha vuelto a resultar muy bueno: frutosidad agradable, frambuesa, taninos vigorosos, mucha madera, fiable y con cierta finura. 2006 a 2012.
Château du Domaine de l’Église
15 El aroma especiado del Pomerol tradicional, compacto, fuerte, robusto, de enorme densidad, debe madurar. 2008 a 2016.
Château La Cabanne
15 Vainilla y moras; pleno y abundante en boca, maduro, frutal, mucho caramelo al final; algo soso, pero maduro, pleno, bueno. 2005 a 2010.
Château La Croix de Gay
15 Mucha madera nueva, bastante jugosidad en boca, final ligeramente amargo; bien hecho. 2006 a 2012.
Château La Grave
15 Excelente: maduro y fresco, taninos gustosos y redondos, final agradable de barrica. 2006 a 2014.
Château Prieur de la Commanderie
15 Compacto y vigoroso, muy marcado por los taninos. 2006 a 2012.
Clos du Clocher
15 Frutosidad agradablemente fresca y apetitosa, taninos firmes perfectamente ligados. 2006 a 2014.
Château Hosanna
15,5 Frutosidad jugosa, taninos maduros y plenos, el vino más de moda de la casa Moueix, gustoso pero con poca profundidad. 2006 a 2012.
Château La Pointe
15,5 Compacto y vigoroso, taninos excelentes, aún puede madurar un poco. 2006 a 2012.
Château Latour à Pomerol
15,5 Seductoras notas frutales en nariz; bastantes taninos compactos, jugosos, gustosos y con casta; posee tanto elegancia como frescor. 2005 a 2012.
Château Le Bon Pasteur
15,5 Denso, pleno, taninos maduros y con casta, muy agradable; al estilo de los últimos dos años. 2006 a 2012.
Château Le Gay
15,5 Gusta por su frescor agradable, su frutosidad de frambuesa; resulta marcadamente alegre y sienta muy bien. 2005 a 2010.
Château Plince
15,5 Excelente factura, muy gustoso con sus notas de maderas nuevas y sus taninos maduros y redondos. ¡Una ganga! 2006 a 2012.
Château Beauregard
16 Un vino magnífico, hecho enteramente de fruta, con taninos aterciopelados, maduros, nada agresivos pero tampoco toscos. Mucho alcohol al final. 2006 a 2015.
Château Clinet
16 Por fin volvemos a degustar un Clinet sin las notas penetrantes de sobremaduración, con casta, frescor y jugo y abundantes taninos suaves y apetitosos; muy bueno. 2006 a 2015.
Château La Fleur de Gay
16,5 Una vez más, una muestra en primeur de la máxima categoría, todo muy gustoso, notas de madera florales, bayas, taninos de ensueño. 2008 a 2018.
Château La Fleur Pétrus
17 La frutosidad es como siempre densa, aterciopelada y gustosa, los taninos dulces y maduros y de excelente calidad, y el final muy, muy largo. 2006 a 2016.
Château Petit Village
17 Un Petit Village extraordinario. Los taninos se extienden lentamente en la boca, se agarran con uñas y dientes y sin embargo se mantienen aterciopelados, suaves y refinados. Impresión de bayas maduras, hollejos, ciruelas frescas y moras; grande no sólo por su plenitud y su dimensión, sino por la pureza con que la fruta está presente en el vino. 2006 a 2016.
Château Trotanoy
17 Taninos maduros, apetitosos y vigorosos, sin ángulos ni aristas, por una vez resulta muy armonioso ya en este estadio. Sin embargo, tiene profundidad. No alcanza la altura del Trotanoy del 98, pero está muy conseguido. 2008 a 2016.
Château Pétrus
18 Como siempre, marcadamente denso, con taninos aterciopelados y maduros que llenan la boca y muestran también algún frescor al final. 2010 a 2020.
Vieux Château Certan
18 Las notas de frambuesa en nariz son el primer indicio de un vino absolutamente delicado; en boca se confirma: finísimo, de gran elegancia, con taninos refinados frescos y maduros, nunca excesivos ni toscos. Magnífico. 2008 a 2025.
Château La Conseillante
19,5 Elegancia paradigmática gracias a sus taninos durísimos pero finos, gran densidad y cuerpo, sin ninguna tosquedad, no se percibe el alcohol. Notas florales también al final, con la punta vegetal justa que aporta el frescor necesario. Fantástico. 2008 a 2020.
Saint Émilion
Al catar las docenas de muestras de Grands crus de Saint-Emilion, de las que todas impresionan por su color negro y sus taninos amargos y quebradizos, entiende uno de pronto porque el enólogo legendario Emile Peynaud predicaba un tiempo de maceración corto para este tipo de vinos. Pero quienes apostaron por la elegancia y la casta (y supieron esperar la madurez de la Cabernet franc, y en algunos casos incluso de la sauvignon) obtuvieron unos Saint-Emilion especialmente buenos. Este año merecen especialmente la pena Canon (porque vuelve a estar entre los mejores) y Trottevieille (porque madurará particularmente bien).
Château Coutet
14 Ligero y vaporoso en un estilo más bien tradicional, no demasiado artificioso. 2006 a 2012.
Château de Pressac
14 Estructura firme, taninos maduros. 2005 a
El tiempo es oro
Ya en los primeros tres meses del año, las temperaturas superaron los valores normales hasta un 10%. La primavera fue en parte suave y seca y en parte fresca y lluviosa. Esto hizo que existieran casos aislados de corrimiento de la flor, lo que tuvo un primer efecto sobre el volumen de producción. Tras un inicio de verano fresco vino un agosto seco que calentó a conciencia las uvas. El resultado fueron valores de azúcar récord, especialmente para la Cabernet, con una acidez relativamente elevada, pero también porcentajes de taninos históricos (que en algún caso se salieron de las escalas). La vendimia en septiembre y principios de octubre transcurrió con tranquilidad, con un tiempo seco pero no excesivamente caluroso.
¿Impagables?
La tabla anterior muestra la evolución de los precios netos en francos franceses. En junio de 2001 habían salido al mercado unas dos docenas de productores, a unos precios medios entre un 5% y un 10% superiores a los del año anterior. Esto es una buena noticia si se tiene en cuenta que en los últimos dos años los precios han permanecido relativamente estables. Parece que se ha comprendido que está llegando a su fin la época de la política de precios altos. Los vinos del 2000 no serán baratos –probablemente será una de las añadas de Burdeos más caras–, pero por una vez el precio estará justificado por la calidad, lo que supone un consuelo. Podrán adquirirse vinos buenos por suscripción a partir de unas 2.500 pesetas la botella, mientras que los mejores volverán a aproximarse a las 20.000.
¿Qué es un «primeur»?
Un primeur es un vino joven. Lo especial de los primeur bordeleses es que se venden por suscripción a los seis meses de la vendimia, pero todavía permanecen alrededor de 12 meses más en barrica y sólo entonces se embotellan y se entregan. En la mayoría de los casos se venden a comerciantes de Burdeos, a los que los pagos más conocidos asignan cuotas a través de un intermediario o corredor. El comerciante transmite dichas cuotas a sus socios de los países consumidores. A menudo, los vinos en primeur se ofrecen en varios tramos que pueden variar de precio. Generalmente, los tramos de una propiedad conocida se venden pocas horas después de salir al mercado.
Un maratón de cata
Para esta guía, Rolf Bichsel (que sigue desde hace 15 años sobre el terreno los acontecimientos relacionados con el vino en Burdeos) y Barbara Schroeder (responsable de Vinum Francia) cataron durante más de dos semanas vinos jóvenes de unas 500 fincas. Primero en los eventos organizados por las distintas asociaciones, y después en catas en la propia bodega en el caso de los vinos más importantes. Así, nuestros dos especialistas seleccionaron unos 300 vinos recomendables: en la mayoría de ellos merece la pena una compra en primeur por suscripción.
¿Podemos fiarnos
de un primeur?
Las catas de muestras en primeur ofrecen sólo una instantánea. Los vinos siguen evolucionando en la barrica, y a veces cambian de semana en semana. La cata de los vinos jóvenes sólo puede pretender evaluar la disposición de un vino, su franqueza, la madurez y calidad de sus taninos, el potencial aromático o la prise de bois, es decir, la forma en que el vino responde a la crianza en barricas de roble. Naturalmente, las muestras en primeur pueden «trucarse». Sin embargo, la trampa se detectará como muy tarde en la cata en botella. En cualquier caso, nuestra experiencia nos dice que la degustación de vinos jóvenes en Burdeos resulta muy fiable, entre otras cosas porque la cata se realiza con una gran concentración, degustando un elevado número de vinos en el mismo estadio de desarrollo.
¿Cuánto tiempo
deben almacenarse?
Dependiendo de la finca y el estilo, la mayoría de los vinos del 2000 alcanzarán su madurez óptima de consumo hacia el 2010. Sin embargo, los amantes de vinos en la etapa afrutada pueden abrir antes alguna botella. Esto es lo mejor que tienen muchos de los vinos del 2000: gracias a sus taninos bien madurados, ya resultan muy armoniosos en la actualidad. Sin embargo, quienes prefieran los burdeos maduros realmente grandes (como los amantes del burdeos que actualmente están disfrutando de las añadas del 78, el 82 o el 85, pero aún no tocan las del 86, 88 ó 90) deberán aguardar por lo menos 15 años hasta tomar un vino de primera del Médoc. En cambio, los Pomerol y Saint-Emilion más sencillos podrán consumirse a partir del 2006 aproximadamente.
Comprar «en primeur»
La adquisición de una caja de vino en primeur es tan segura como la compra de un vino embotellado, siempre que se recurra a un comerciante de confianza y no se deje uno atraer por ofertas dudosas. El precio de una botella en primeur es entre un 10% y un 30% menor del precio una vez embotellado, dependiendo del año y la propiedad. Puede garantizarse que los mejores burdeos del 2000 no bajarán de precio en los próximos años, por lo que en el póquer del primeur es casi imposible perder. Sin embargo, se paga hoy por un vino que sólo se recibirá dentro de dos años y que posteriormente debería envejecer algunos años más. Además, la compra mínima es de una caja. Claro que siempre es posible repartírsela entre varios amigos...
La crianza
Hoy en día, incluso entre los burdeos más grandes, es raro que el vino permanezca más de 12 ó 16 meses en barrica. Los vinos jóvenes llegan a la barrica, bien directamente después de la fermentación alcohólica –y en ese caso experimentan allí la fermentación maloláctica– o bien después de esta última fermentación, es decir, entre noviembre y enero. En ese momento se mezclan los diferentes lotes, por lo que en la cata en primeur se presenta generalmente un asssemblage definitivo. Dependiendo de la calidad y la añada, el vino se devuelve a los depósitos al cabo de un año y se prepara para el embotellado. Éste tiene lugar entre abril y junio, casi dos años después de la vendimia. El 2000, por tanto, se embotellará en el verano del 2002, y se entregará a los clientes en invierno de ese año y la primavera del 2003.
¿Vinos de garaje?
Este año hemos evitado en general las cuvées de moda de producción mínima, que siguen brotando por doquier en Burdeos. Naturalmente, muchas de ellas tienen un nivel técnico notable. Sin embargo, casi todas están cortadas por el mismo patrón: se trata de vinos grasos, extremadamente maduros, con mucha madera nueva. Son tan escasos y caros que su compra sólo merece la pena si se pretende alardear con ellos. En Burdeos, cualquiera puede elaborar 3.000 botellas de un vino excelente y cobrarlas a precio de oro porque son buenas pero, sobre todo, escasas. Pero el secreto del éxito del burdeos es precisamente su capacidad para llenar 200.000 botellas de un vino magnífico.
Los mejores vinos del 2000
A continuación ofrecemos nuestra clasificación de los vinos del año, que no sólo son increíblemente buenos, sino también increíblemente caros. Los primeros tres vinos constituyen la auténtica flor y nata, y los demás les siguen de cerca:
• Château Ausone
• Château La Conseillante
• Château Lafite Rothschild
• Château Cheval Blanc
• Château Figeac
• Château Angélus
• Vieux Château Certan
• Château La Mission Haut Brion
• Château Haut Brion
• Château Margaux
• Château Lynch Bages
• Château Pichon Longueville
(Baron)
• Château Latour
• Château Léoville Barton
• Château Léoville las Cases
• Château Cos d'Estournel