- Redacción
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- 2001-10-01 00:00:00
Es el Priorat tierra de tintos. Sobre estos vinos deliciosamente corpulentos se ha cimentado su fama actual, y sus elaboradores apuestan claramente por ese color, arrinconando irremediablemente como efecto dominó al vino blanco. Pero no siempre fue así. Los blancos de Tarragona han gozado de una merecida notoriedad en un tiempo no muy lejano. Había elaboraciones muy diferentes. Los dulces, añejados durante décadas en toneles. Los rancios, cuyos recipientes de cristal, llamados airosamente “damajuanas”, ocupaban los tejados de las bodegas y aún los altillos de las casas particulares, y tenían una originalidad única.
Por ello, René Barbier, un hombre enraizado firmemente en aquella tierra y defensor de la tradición, ha hecho un intento de elevar al vino blanco priorateño al nivel que gozan los tintos en la actualidad. Fruto de esa loable inquietud es este vino maduro y moderno, cuyo único defecto es la injusta escasez de la cosecha. Tanta que no puede ocupar otra sección si no es esta del coleccionista. Son poco más o menos 600 botellas extraídas con mimo de un pequeño majuelo de su propiedad. La materia prima es producida por una vieja garnacha blanca asentada en las laderas de suelos pizarrosos. También tiene una parte de Viognier, un 25%, la uva más característica del Ródano y que ha dado muestras de excelente calidad en la zona, y para completar la terna, un poco de Pinot noir.
La producción de las cepas es casi ridícula, pues de una hectárea de viñedo se han obtenido solamente ¡450 litros de vino! Después de una elaboración meticulosa, se ha criado en barrica roble francesa de grano fino. La estancia de seis meses en ellas no le ha aportado sino una pequeña nota especiada, dada la contundencia de este blanco. Después de nueve meses en botella, ha salido al mercado. Como podemos pensar, está más disputado si cabe que los magníficos tintos que elabora René.
El vino goza de una fuerza sorprendente, por su notable grado alcohólico (14º) y la contundencia de su cuerpo. Los aromas de fruta muy madura custodiados por unas notas florales son limpios y persistentes; es untuoso, corpulento y graso. Posee un atractivo final en donde queda el recuerdo de las especias dulces que aporta la excelente barrica. Un vino asombroso que puede aguantar cómodamente durante unos años en la botella, en el lugar más noble de nuestra bodega, aunque nadie tendrá problemas por acumulación de ejemplares. Sería pura especulación.
Clos Nelin 2000
Bodega: Clos Mogador, S.C.C.L.
Tel 977 83 91 71
E-mail: closmogador@teleline.es
Camí Manyetes, s/n 43737 Gratallops (Tarragona)
Precio orientativo: 2.000 Ptas.