- Redacción
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- 2007-07-01 00:00:00
Uno habla por sí mismo. A este excelente vino blanco no le hacen falta vestidos, etiquetas ni estuches de lujo. Pero en Enate ya se sabe lo perfeccionistas que son. Y ese perfeccionismo comienza en la viña, donde el director técnico, Jesús Artajona, no pierde ocasión de divertirse, si a complicarse la vida de semejante manera se le puede llamar así. Uno procede de una pequeña parcela del pago de Planador, en el Somontano, bien orientada y de suelos pobres, donde plantaron las primeras cepas de Chardonnay. Año tras año produce una uva muy sana, de mucha calidad, alto contenido en azúcares y de escaso rendimiento; vamos, esa clase de producto capaz de arreglar cualquier “entuerto enológico”. La cosecha del 2003 resultó tan lozana y equilibrada que Jesús decidió dedicarle más atención y elaborar esas uvas aparte. Para ello dejó que el tiempo pasara hasta hallar la maduración completa de la baya (en agosto). Después de un deburbado meticuloso pasó a fermentar en barricas nuevas de roble francés, donde permaneció siete meses, al cabo de los cuales se acomodó en un pequeño depósito hasta agosto del año siguiente, y se embotelló contradiciendo la norma de la casa por vez primera: sin filtrar ni clarificar. Nada se dejó al albur. Una impresionante botella bien vestida con la etiqueta una obra de E. Bechtold, el artista alemán de dilatada historia en España, que ya en los años 50 contactó con los pintores vanguardistas de “Dau al Set”. Suya es una preciosa frase acerca de la pintura que parece conectar con el vino: “un cuadro nunca está acabado, y eso es una maravilla, porque en cierto modo tiene vida”. De momento este Uno sí ha concluido la fase primera. Ahora procede guardarlo en el fondo de nuestra bodega, pues le falta toda una vida de evolución en botella. Se trata de un blanco musculoso, poderoso, glicérico, con muchísimo cuerpo y estructura, con una amalgama de matices que se complementan. Los clásicos aromas varietales, la manzana golden, la miel o el melocotón se amplifican e integran con tonos de nata, de tostados, de especias como la vainilla o la falsa pimienta. Después de su degustación, todavía queda en el retrogusto ese toque de lías bien trabajadas que aportan mayor complejidad. Todos sus parámetros, así como sus elaboradores, aseguran que aguantará el paso del tiempo como si aquello no fuera con él. Pero… sólo 700 veces lo podremos comprobar, y eso obteniendo toda la producción, cosa totalmente imposible porque ya han causado baja bastantes ejemplares, para gozo de sus degustadores. enate uno 2003 Enate. Avda. de las Artes, 1. 22314 Salas Bajas (Huesca) www.@enate.es Precio: 300 €