• Redacción
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• 2017-04-02 10:50:59

"En un número en el que el vino blanco ha inundado las páginas del mes de abril, hemos seleccionado entre lo que nos ha llegado unos vinos de tierras de tintos"

P arte de la uva utilizada procede del singular y apreciado paraje de Estancia Piedra plantado hace casi 50 años en pie franco. Además, participa uva de otro viñedo más joven denominado Laviuda, que cuenta con 20 años de edad. Los cuatro meses en los que ha permanecido en barricas de roble francés han imprimido el punto justo de detalles ahumados y torrefactos. Es un vino que posee la concentración de la uva mayoritaria en forma de fruta negra con la fresca pincelada de la Garnacha y un roble discreto que nos deja alguna nota especiada. Gusto frutal con el toque goloso bien ajustado y un tanino joven que se dibuja sin estridencias.

Trece años después de que naciera este emblema de la variedad Prieto Picudo, nos llega en botella borgoñona con un carácter más auténtico donde el terruño cobra protagonismo y se busca la expresión del excepcional Paraje de los Oteros, sin duda un rincón en el que la variedad leonesa está en su hábitat. El corazón frutal que nos ofrece es de una fuerza arrebatadora. Destacan los aromas de cerezas, fresón y ciruelas. Los detalles especiados percibidos en un segundo plano sazonan el resto. En el gusto aparecen recuerdos ahumados y cremosos, y una fruta algo más madura. La amabilidad en su expresión resulta ser su mejor carta de presentación.

La bodega riojana ha llevado a cabo una serie de cambios y renovaciones para tomar posiciones en el exigente mercado del vino. El cambio de las etiquetas, el próximo lanzamiento de un monovarietal de Graciano situado en la parte alta de su gama y la implantación de normas relacionadas con la seguridad alimentaria del consumidor son algunas de las novedades que les llevan a presentar este Crianza. Sus aromas frutales quedan bien dibujados sobre las notas cremosas de la barrica. En boca tiene estructura media, buena acidez y posgusto que mantiene detalles de juventud aportados por la uva en forma de recuerdos de frutos rojos.

Hemos recibido la botella número 122 de una edición limitada de 34.000 unidades. Mercedes García, la enóloga de la bodega, ha querido mostrar el carácter riojano de la mano de las dos variedades tintas de la zona por excelencia. La búsqueda de viñedos más altos y un trabajo respetuoso con la identidad de la cepa ha dado como resultado un vino de buena armonía entre la fruta y la crianza. En boca el equilibrio nos brinda un paso de longitud media que traza un recorrido amable donde queda al final el toque ahumado y frutal que recuerda a los frutos del bosque en confitura.

El grupo Pernod Ricard, en su afán por descubrirnos experiencias novedosas en el mundo del vino, lanza una nueva elaboración de su bodega burgalesa. El tridente formado por una cuidadosa selección de terrenos ubicados en el corazón de la Ribera del Duero, la uva Tempranillo y su enóloga Teresa Rodríguez nos ofrece un vino poderoso, con gran juventud y una raza que el tiempo irá domando y convirtiendo en nobleza. La crianza en barrica lleva de la mano a todo un elenco de aromas frutales muy frescos. A pesar de su concentración y potencia, en boca se comporta con buenos modales. Final largo y de gran expresión.