- Antonio Candelas
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- 2019-09-02 00:00:00
S upongo que cuando formas parte de la quinta generación de una estirpe dedicada al vino, aprendes ya de pequeño a respetar y cuidar, desde el asombro, la frenética actividad que sucede vendimia tras vendimia en todos los rincones de la casa familiar. Una vivencia que deja una marca indeleble en el carácter y crea un fuerte sentimiento de responsabilidad para seguir al pie del cañon una generación más. Es así como con tiempo, esmero y una gran dedicación se forjan los grandes proyectos familiares del vino. En Viñedos y Bodegas de la Marquesa, Juan Pablo de Simón, actual propietario del negocio familiar, dedica parte de sus esfuerzos a formar y alentar a sus tres hijos, Pablo, Jaime y María, para ir preparando ese relevo generacional.
Pero en el vino gran parte de los éxitos no solo es cuestión de tiempo. La paciencia y la precisión tanto en campo como en bodega marcan la línea que separa un buen vino de otro inolvidable. Cuando la tecnología 5G está a punto de instalarse en nuestra vida cotidiana, hablar de precisión parece incuestionable y fácil de resolver, pero en la viña, por muchos adelantos tecnológicos que podamos implantar, siempre estaremos a merced del tiempo. Por eso el trabajo del viticultor tiene que navegar entre la cautela y la determinación para que, a pesar de los inconvenientes que supone la intemperie, entregue al enólogo una uva inmaculada para que pueda interpretar el carácter y ensalzar sus virtudes en el vino. Así es el Valserrano Reserva de esta cata vertical, un compendio de exquisito cuidado en la viña, rigor en los tiempos de vendimia para mantener intacta la paleta de matices de la Tempranillo, así como la frescura y viveza de la Graciano y, por último, la fórmula exacta en la crianza para que el roble y el tiempo hagan en el vino maravillas y con los años alcance la excelencia.
Valserrano Reserva 2005
90% Tempranillo, 10% Graciano. 14,5% vol. D.O.Ca. Rioja
En muchos casos es el tiempo el que hace a una añada excelente y esta es una de ellas. Se embotelló en 2008 tras pasar 24 meses en barricas francesas y americanas. Sorprende que tras 14 años aún se aprecien con claridad detalles de fruta roja confitada. Además, nos encontramos con otros matices como los anisados, especias, caja de puros, té... En boca es pura seda por la magistral evolución del tanino. La espléndida acidez hace que el tiempo se detenga. Al volver a ponerse en movimiento, en el posgusto queda una sutil complejidad.
Valserrano Reserva 2009
90% Tempranillo, 10% Graciano. 14,5% vol. D.O.Ca. Rioja
Requirió 30 meses de crianza para alcanzar el equilibrio entre el poderío tánico y la acidez. Comienza algo encriptado, pero cuando se abre es una maravilla por la delicadeza y complejidad con la que se expresa. Nariz interesante con matices especiados, balsámicos y minerales. La barrica, perfectamente ensamblada en el conjunto, queda en un segundo plano. En boca tiene mucha vida por delante porque el tanino mantiene firmeza y la acidez equilibra las sensaciones. Persistente y diverso en recuerdos que se aprecian al final (frutos secos, terruño).
Valserrano Reserva 2011
90% Tempranillo, 10% Graciano. 14,5% vol. D.O.Ca. Rioja
Con esta añada entramos en otra dimensión. Dicen que es una de las mejores de los últimos 30 años. El refinamiento de sus aromas es la clave de la grandeza de esta cosecha. Todos los matices se mueven entre los balsámicos y minerales de tal forma que lo hacen fresco y sobre todo muy versátil gastronómicamente, lo cual es muy de agradecer. En boca nos convence por la perfecta armonía. Aún conserva el brío de la acidez y el cuerpo del tanino noble. Un grandísimo vino que termina con notas de hojarasca, tierra húmeda y regaliz.
Valserrano Reserva 2014
90% Tempranillo, 10% Graciano. 14% vol. D.O.Ca. Rioja
Terminamos con la añada en vigor. Conserva la intensidad y fortaleza de sus aromas y sus formas. Destaca la notable presencia de los matices de regaliz y de fruta negra y roja madura. La barrica está presente en forma de aromas ahumados. Al fondo, un punto balsámico. A pesar de la raza con la que se muestra, no pierde equilibrio. Los recuerdos de la crianza se mantienen tras el paso. Con el tiempo encontramos pinceladas minerales, sobre todo en nariz. Sin duda, tiene una buena proyección para esperar el paso de los años.