• Antonio Candelas
• •
• 2020-05-07 00:00:00

La sabiduría que dan los años de tradición y el inconformismo de una casa que ha liderado la transformación del sector cavista a lo largo de la historia son los pilares de esta enorme cata vertical.

Jaume Codorníu Gran Reserva forma parte de esta colección. Tiene más de 40 meses de crianza y es el único de los ocho cavas que existía antes de que se creara este proyecto. Aunque ha experimentado algunos cambios en su elaboración en cuanto a la mezcla de variedades, siempre ha querido mostrar la esencia de la tierra y sobre todo el comportamiento de las uvas en pleno mediterráneo. Las cuatro añadas descorchadas son brut, hecho que aporta amabilidad y un mayor equilibrio entre la sensación de frescura y el resto de matices. Un ejercicio el de esta cata vertical que nos ha hecho reflexionar sobre la grandeza del cava cuando se hace una rigurosa selección de la uva procedente de un viñedo cuya viticultura se ha planteado bajo la premisa del respeto y la virtuosa evolución en el tiempo.E ncontrar la senda de la excelencia no está al alcance de cualquiera. Más de 450 años de historia sin duda ayudan, pero cuando se dedica un espacio exclusivo al estudio e investigación dentro del majestuoso complejo arquitectónico de esta casa centenaria en Sant Sadurní d'Anoia y se pone la ciencia al servicio de la elaboración de cava, el recorrido hacia la búsqueda de la máxima calidad basada  en la expresión del territorio y de las uvas se torna tan apasionante como esclarecedor. Allí, en Celler Jaume, una pequeña bodega donde la artesanía y el conocimiento se dan la mano, nacen los ocho cavas que conforman la colección Ars Collecta de Codorníu. Una colección en la que todos los factores que dibujan el carácter de las ubicaciones donde las viñas echan sus raíces quedan trazadas con limpieza, sin adornos innecesarios y donde el tiempo puede incidir con su milagrosa mano para engrandecer la obra del viticultor y enólogo.

Jaume Codorníu Gran Reserva 2008
Pinot Noir, Chardonnay. 11,5% vol. D.O.P. Cava
La Pinot Noir proviene de la Viña El Coster y la Chardonnay, de La Pleta. Dos ubicaciones de extremos donde se favorece la frescura. El año fue de escasos rendimientos, lo que permitió que la uva concentrara aromas. El tiempo lo ha tratado muy bien. Los detalles de fruta recuerdan al níspero. Hay toques de tiza, flores secas, algún apunte de goma, hierbas de monte. Boca elegante donde las haya, con una estructura amable y una acidez virtuosa. Quizá no es muy persistente, pero nos encanta la diversidad de recuerdos que aparecen.

Jaume Codorníu Gran Reserva 2009
Pinot Noir, Chardonnay. 11,5% vol. D.O.P. Cava
Estamos ante un año templado que hizo que la vendimia se adelantara un par de semanas. La calidad de la uva fue excepcional, y eso se nota. Está a la altura de los grandes espumosos del mundo. Todo es armonía. La complejidad y la frescura de carácter hacen de él un cava de ensueño. Con aromas de piel de cítricos, fruta escarchada, pan tostado y hojarasca. Boca muy viva, burbuja cremosa, con mucho extracto, y una longitud casi eterna en la que el despliegue de recuerdos es infinito (laurel, camomila, almendra, salvia). El más completo de los cuatro.

Jaume Codorníu Gran Reserva Ars Collecta 2011
Chardonnay, Pinot Noir, Xarel·lo. 11,5% vol. D.O.P. Cava
Primera añada dentro de la colección Ars Collecta y en la que la Xarel·lo se incorpora en la mezcla procedente de un terreno calizo del Alto Penedés. El conjunto es de un perfil más maduro. Comienza algo encriptado, pero en seguida la fruta recuerda a manzana asada y membrillo. Hay notas de miel, mantequilla o especias. En boca destaca por su delicadeza. Sedoso en la entrada, envolvente, con estructura y un final de terruño. Una maravilla que gracias a su buena acidez irá evolucionando con maestría. Recuerdos a frutos secos en el posgusto.

Jaume Codorníu Gran Reserva Ars Collecta 2013
Chardonnay, Pinot Noir, Xarel·lo. 11,5% vol. D.O.P. Cava
Añada en la que fue necesario reflexionar para interpretarla con acierto. Invierno moderado, primavera seca y comienzo de verano lluvioso. Este fue el patrón atípico que siguió el año. Aun así, la uva maduró lentamente y llegó a bodega con calidad. Nítido en matices, con un eje frutal consistente (fruta de hueso, manzana, grosellas) y sutiles detalles florales, balsámicos, anisados y algún ahumado. De burbuja fina y bien integrada. La frescura y la viveza de recuerdos nos hablan aún de su juventud. Toque amargo al final. Salino y de gran sapidez.