- Antonio Candelas
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- 2020-09-07 00:00:00
Muchos consideran como una de las zonas emergentes del momento a la D.O. Valencia, cuyas elaboraciones van más allá del estilo mediterráneo del que tanto se habla. Son vinos aferrados a una tierra diversa, impregnados de una honestidad e identidad encantadoras.
A tentos, que nos vamos de vinos por Valencia. No os perdáis esta invitación porque conoceréis un poco más esta hermosa tierra rebosante de luz donde el azahar perfuma sus campos, el manto protector del Mediterráneo mantiene una apetecible amabilidad climática y su patrimonio natural deja boquiabierto a todo aquel que tenga el privilegio de presenciar una puesta de sol en la Albufera, una de las más bellas del mundo. Este paseo, sin embargo, lo haremos a través de sus viñedos, de sus uvas, de sus pueblos y de tanta y tanta gente que ha apostado por depositar en el campo sus expectativas de progreso. Daremos una vuelta por algunas de sus 13.000 hectáreas de viñas más emblemáticas distribuidas y diferenciadas en cuatro subzonas gracias al tipo de suelo, orografía y matices climáticos. Desde hace años, en Valencia existe un movimiento común orquestado por viticultores y bodegueros en el que se persigue desplegar el colorido de esta afortunada región a través de la pureza de sus vinos. En el campo, rescatando variedades del olvido y relanzando autóctonas; y en bodega, trabajando para respetar el carácter varietal con diversos materiales de fermentación y crianza: hormigón, barro, fudres...
Comenzamos en el noroeste de la provincia, donde nos encontramos con la zona más límite de la D.O. En el Alto Turia, que es como se denomina esta subzona, el cultivo de la vid se practica entre los 700 y los 1.100 metros. Altitudes extremas sobre las que se aplica una viticultura de montaña y a las que hay que sumar unas estaciones marcadas por el frío del invierno y el calor del verano. Es la subzona más interna de la región y linda con la meseta sur a través de la provincia de Cuenca. Allí hay un predominio notable de las uvas blancas, como la Merseguera y la Macabeo, que se expresan con carácter singular y una agradecida frescura. Y hay cualidades para crear vinos refinados y de expresión diferencial.
Hacia la parte central de la provincia nos encontramos con la subzona Valentino, que abarca las comarcas del Camp del Turia, la Hoya de Buñol y Los Serranos. La altitud oscila entre los 200 y 650 metros, y el clima comienza a quedar más suavizado por el Mediterráneo. La diversidad de uvas plantadas y el mosaico de suelos que se encuentran favorece que exista una notable variedad de vinos.
Aún no habremos terminado de descubrir tan amplio abanico de elaboraciones cuando nos llegarán a nuestro olfato los aromas de Moscatel de la siguiente subzona, precisamente llamada así. Un territorio de clima más benévolo, donde su vino resulta ser muy aromático y característico de la D.O. tanto en versión seca como en mistelas o vinos de licor.
Por último, y ocupando la zona más meridional de la provincia, nos topamos con Clariano, la cuarta subzona, donde existe una parte más cercana al mar y otra más interior con Fontanars dels Alforins como su principal municipio. Aquí prevalecen las uvas tintas, como la Tintorera, Monastrell, Tempranillo, Cabernet Sauvignon... Todas marcadas por el toque de monte bajo y fruta negra.
Una vez puestos en situación, comienza el verdadero festín viajero. Estos 36 vinos os enseñarán el verdadero encanto de esta tierra. Evocadores y amables, interesantes y singulares. Para un valenciano de pura cepa, todos estos calificativos quizás no expresen con precisión el carácter de sus vinos. Para ellos son auténticos vinos de categoría. Sí, señor.