- Antonio Candelas
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- 2020-12-04 00:00:00
Cerramos un año aciago, impensable durante aquellas primeras doce uvas y pasos de vals vienés que sirvieron de antesala a un mal sueño del que pronto despertaremos para comenzar otro lleno de buen rollo. Mientras, busquemos nuestros espacios de esparcimiento.
Llegamos a la última cata del año con el firme propósito de ofreceros las claves vínicas con las que disfrutar de estas atípicas navidades. Os queremos guiar en vuestra elección para acompañar esos apetitosos platos que vestirán los manteles de mesas con posible limitación de aforo. Buen momento sin duda para intentar entender lo que significa la calidad en el vino que se presenta como un concepto dual entre el producto en sí mismo y lo que percibe el consumidor. Para alcanzar un punto de acuerdo, hemos desempolvado los apuntes de una exposición magistral del master of wine Andreas Kubach en octubre de 2018 en el marco de las charlas organizadas por la International Wine Challenge bajo el título Calidad 4.0. Cómo lograr una comprensión global del vino.
Con este nombre, el coloquio parece complejo, pero en realidad lo que buscaba Andreas era acotar cuatro espacios de calidad diferentes para que elaboradores y consumidores acabaran entendiéndose y el sector progrese. Habría pues cuatro categorías de calidad bien diferenciadas. Una primera en la que se pondría el foco en la calidad técnica del vino, donde la ausencia de defectos enológicos sería el objetivo. En la segunda, avanzaríamos hacia una calidad donde interviniera la sensación de placer organoléptico. Para entendernos, aquí entrarían en escena la cata más ortodoxa, sobre la que se rigen las puntuaciones de los prescriptores, organismos oficiales como la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) y demás concursos. En un tercer estrato aparecería la calidad asociada a una cuestión cultural a través de la expresión de la tierra. Surgen el territorio, la tipicidad y todo lo que tiene que ver con el ser humano y su vinculación con el origen. Antes de concluir con el concepto de Calidad 4.0, hay que aclarar que el valor del vino va íntimamente relacionado con la amplitud de dicho concepto. En un último escalafón se abordarían cuestiones de sostenibilidad climática y económica que entroncarían en un valioso contexto social. Es lo que Andreas Kubach denominaba "la Metacalidad del vino".
Estas franjas de calidad tan bien delimitadas nos llevan obligatoriamente a adjudicarlas a nuestros vinos. Solo así acertaremos sobre a qué mercado dirigirlos con el simple objetivo de hacer justicia a su verdadero valor para que no haya interferencias inapropiadas que dañen no solo la imagen, sino cada uno de los conceptos mostrados. Hay que agradecer a Andreas esta interpretación tan amplia como certera de la calidad asociada a un vino porque arroja luz sobre algo tan importante como la comercialización de nuestras elaboraciones.
Mientras reflexionamos sobre esta renovada y revolucionaria visión de lo que entendemos por la calidad de un vino, dejémonos llevar por los encantos de estas 72 propuestas que hemos seleccionado para que disfrutéis de todos sus matices en estas fiestas navideñas. En cada una de ellas hemos advertido matices y sensaciones al alcance de todos los perfiles de consumidor, desde el más aventajado hasta el que sabe que le gusta el buen vino, pero no ha reparado en descubrir el porqué. Brindemos con todas nuestras fuerzas para que este año que comienza nos haga olvidar el que dejamos. Más que nunca, ¡salud!