- Antonio Candelas, Natalia Klenova / AdobeStock
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- 2023-04-28 00:00:00
Mucho hemos hablado sobre el crecimiento que ha experimetado el rosado en las dos últimas décadas; pero, una vez superado con creces el complicado escollo de la indiferencia, ¿qué hace que una elaboración rosada se convierta en un vino de referencia?
Como seguramente sabrás, querido lector, la diversidad del vino rosado en España no solo se rige por la extraordinaria gama de colores con la que nos seducen cada año. Las diferentes formas de elaborarlo nos abren las puertas a un mundo aparte cuya exploración nos habla del proceso y de la variedad, pero también de tradición y origen. No me negaréis que el concepto de terruño parece estar solo asociado a la expresión de los blancos y tintos. Aunque es cierto que cada vez se habla más, no ha habido una vinculación directa de estos vinos con el paisaje, cuando realmente lo que le ocurre al rosado es que no solo tiene la virtud de hablarnos de un territorio, sino que además nos conecta con la cultura e idiosincrasia de la zona de donde procede.
El mejor ejemplo lo encontramos en el clarete. Una forma de elaborar rosado a partir de la mezcla de variedades tintas y blancas que nos da información de una forma muy concreta de plantar las viñas en las que las cepas blancas y tintas convivían en proporciones casi paritarias. Así ocurre en Cigales. Territorio de clarete por definición hasta tal punto que era una suerte de líquido elemento en la vida cotidiana de los habitantes de la comarca. Hoy, a través de este rosado con tanta personalidad, se reivindica el terruño cigaleño, cuyo concepto incorpora el elemento humano y social que a veces se olvida.
Otro de los lugares en los que el rosado forma parte de las señas de identidad de una sociedad es Navarra. David Palacios, presidente de la D.O.P. Navarra, no entiende los momentos de disfrute en los pueblos navarros (fiestas, relaciones sociales, gastronomía...) sin un rosado: "La Garnacha, nuestra uva emblema, que nos da unos rosados amables, frutales y frescos, es la gran protagonista de su éxito. Es un vino versátil en lo social y en lo gastronómico, y esto en Navarra es muy importante". La rica gastronomía de aquella tierra se deja abrazar por sus rosados, pero sobre todo las verduras, que siempre son un reto a la hora de acompañarlas con un vino. La defensa a ultranza en estos territorios del rosado como elemento de cohesión sociocultural y de desarrollo de los pueblos es de vital importancia.
Y de unos vinos divertidos, frescos, gratos de beber y disfrutar que empatizan fácilmente con el consumidor a los rosados de culto, entendiendo como tales elaboraciones de producción limitadísima y exclusiva, procedente de viñedos muy concretos y en algunos casos de elevados precios. El respeto por esta categoría y el talento desbordante que las firmas bodegueras invierten en ella han elevado –y de qué manera– el nivel hasta el punto de no conocer el techo de la excelencia. Hoy ya podemos disfrutar de vinos rosados de finca, de parcela, de pueblo, de diferentes perfiles e intenciones organolépticas en los que la elaboración marca, pero también el entorno y la variedad.
Ante un panorama tan hermoso en el que el vino rosado relumbra cada vez con más brío, no hemos faltado a nuestra tradicional cita y os hemos dejado una selección de 54 elaboraciones en la que disfrutaréis de sus infinitos matices, desde los más simpáticos y divertidos hasta los más elegantes y refinados, sin llegar a determinar exactamente dónde acaban unos y comienzan otros.