- Antonio Candelas
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- 2025-02-06 00:00:00
Empezamos las catas de 2025 enseñando un lugar delicioso en el que la viña, como ocurre en tantas ocasiones, ve pasar el tiempo ajena a nuestras prisas y elevadas pretensiones. Queremos dar voz a una región de dimensiones modestas –apenas 9.000 hectáreas de viña–, pero con carácter en el campo y talento a raudales entre sus viticultores y bodegueros.
A l sur de la provincia de Cuenca, siete pueblos (Casas de Benítez, Casas de Fernando Alonso, Casas de Guijarro, Casas de Haro, El Picazo, Pozoamargo y Sisante) conforman una de las zonas vitícolas más pequeñas y exclusivas de España, la D.O.P. Ribera del Júcar. Sin embargo, su reducido tamaño contrasta con la profundidad de su tradición y la singularidad de su paisaje, que ofrece condiciones únicas para la producción de vinos con identidad bien definida. Este rincón vinícola, donde la viticultura se entrelaza con siglos de historia, está marcado por un entorno natural característico y una actividad vinícola centrada en la uva Bobal.
El paisaje es una de las claves de su distinción. Situada en las terrazas fluviales del Júcar, esta área se caracteriza por sus suelos formados predominantemente por cantos rodados. Estas piedras, desgastadas y depositadas a lo largo de milenios por el curso del río, actúan como reguladores térmicos naturales. Durante el día, absorben el calor del sol, liberándolo lentamente por la noche, lo que ayuda a moderar las temperaturas extremas. Este efecto es crucial para garantizar una maduración homogénea y lenta de las uvas para dotarlas de ese equilibrio tan necesario.
Además de su influencia en la temperatura, los suelos de cantos rodados facilitan un drenaje excepcional que evita el encharcamiento y promueve que las raíces de las vides profundicen en busca de nutrientes esenciales. Este esfuerzo de las plantas por alcanzar los recursos subterráneos fortalece la expresión de los vinos, que reflejan de manera auténtica las características de su terruño.
Dentro de la Ribera del Júcar, ocupa un lugar central la variedad autóctona Bobal, que reina en esta parte de la Península, pues también es protagonista en Manchuela y Utiel-Requena. Tradicionalmente asociada con vinos robustos y de color intenso, la Bobal encuentra en esta región una reinterpretación que resalta su potencial en vinos frescos, frutales y equilibrados. Gracias al microclima generado por el entorno y las prácticas vitícolas adecuadas, los enólogos han logrado explorar las múltiples facetas de esta uva.
La versatilidad de la Bobal permite a las bodegas de la Ribera del Júcar elaborar vinos que expresan la esencia tradicional de la región y su espíritu innovador. Aunque esta variedad es el pilar de la producción local, en la Denominación no debemos olvidar otras variedades como la Tempranillo o la Moscatel de Grano Menudo, que enriquecen la oferta vinícola y ofrecen opciones más amplias para los consumidores.
La historia vitícola de la Ribera del Júcar se remonta a siglos atrás, cuando la vid compartía protagonismo con los cereales. La documentación histórica muestra cómo las viñas ya eran parte esencial del sustento de la población local en los siglos XVII y XVIII. Este legado se preservó y adaptó a los tiempos modernos con la creación de la D.O.P. Ribera del Júcar en 2003. La zona ha sabido combinar ese legado centenario con las demandas actuales del sector y las inversiones en tecnología y prácticas sostenibles han permitido que los vinos de la Ribera del Júcar ganen prestigio en los diversos mercados. Además, destaca su enfoque en la preservación del entorno y el desarrollo económico de la comarca.
La Ribera del Júcar no solo produce vinos con una innegable personalidad, además se ha consolidado como un destino emergente para el ecoturismo. Las visitas a bodegas, los recorridos por viñedos y las actividades al aire libre en este entorno único ofrecen una experiencia enriquecedora para los amantes del vino y la naturaleza. Este enfoque multifuncional refuerza el compromiso de la Denominación con el equilibrio entre producción, sostenibilidad y bienestar de los habitantes locales. Aprovechad esta cata para descubrir el talento de sus seis bodegas y saborear su paisaje.