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Así debió de ser el paraíso: una espléndida finca plantada con 3.200 manzanos y envuelta en un entorno rural milagrosamente conservado. La Casería San Juan del Obispo es uno de esos rincones asturianos de larga tradición sidrera, en Tiñana-Siero, donde se mantienen la flora y fauna autóctonas. Y respecto a las manzanas, el lagar pretende lo mismo, preservar la biodiversidad dentro de una selección minuciosa. Así la pomarada se distribuye entre un buen puñado de las variedades recomendadas por el Consejo Regulador de la D.O.P. Sidra de Asturias: raxao, solarina, durona, regona, collaos, xuanina... Con esa materia prima la combinación de toques dulces, ácidos y de medidos amargosos puede ser muy equilibrada tanto en los años de cosecha abundante como en los escasos, que así es el ciclo alternante de los pomares. Así nace cada año la sidra que, después de 14 o 17 meses de reposo, el lagar embotella como Tareco, y también la que pasa a la destilería, a las alquitaras, para convertirse en limpio y delicado aguardiente de sidra. La destilación se realiza en alquitaras y a temperatura comedida, por debajo de 80 ºC, para extraer al máximo la potencia aromática, los aceites más finos, y atraparlos. Así nace un aguardiente fresco como éste, Salvador del Obispo, madurado 9 años (cosecha 2001) en roble americano y embotellado en ese estado puro, sin ninguna adición y sin rebaja del grado. La presentación, desde la etiqueta a la caja de madera, hace honor al cuidado de cada paso de su elaboración.
Haga su cata y mande el resultado a la redacción de nuestra revista: Camino de Húmera, 18-E. Colonia de Los Ángeles. 28223 Pozuelo de Alarcón (Madrid) o rellene el formulario on-line en www.mivino.info. Los cinco mejores catadores recibirán en su domicilio una caja de esta prestigiosa marca.
Así debió de ser el paraíso: una espléndida finca plantada con 3.200 manzanos y envuelta en un entorno rural milagrosamente conservado. La Casería San Juan del Obispo es uno de esos rincones asturianos de larga tradición sidrera, en Tiñana-Siero, donde se mantienen la flora y fauna autóctonas. Y respecto a las manzanas, el lagar pretende lo mismo, preservar la biodiversidad dentro de una selección minuciosa. Así la pomarada se distribuye entre un buen puñado de las variedades recomendadas por el Consejo Regulador de la D.O.P. Sidra de Asturias: raxao, solarina, durona, regona, collaos, xuanina... Con esa materia prima la combinación de toques dulces, ácidos y de medidos amargosos puede ser muy equilibrada tanto en los años de cosecha abundante como en los escasos, que así es el ciclo alternante de los pomares. 
