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Fundada en 1987 por los hermanos Iñigo y Javier Amézola de la Mora, la bodega riojana del mismo nombre, ubicada en Torremontalbo (La Rioja), retoma la tradición familiar iniciada con su bisabuelo e interrumpida a mediados del siglo XIX por la aparición de la filoxera. Apostaron fuerte por recuperar las viñas heredadas de la finca ligada durante 800 años a sus antepasados. Y así surgió Amézola de la Mora como una bodega tradicional inspirada en el estilo château francés, siguiendo el modelo de autoabastecimiento de uvas procedentes de sus 60 hectáreas de viñedo.
María Cristina Downes de Amézola, esposa de Iñigo, tomó el mando de la firma tras el fallecimiento de sus fundadores. Desde 1999, ella es la responsable de la ampliación del parque de barricas, del lanzamiento del vino de pago Iñigo Amézola -emblema de la casa- y también del joven Flor de Amézola, que, junto al resto de sus marcas, se han consolidado por calidad en el panorama vinícola español. Hoy, María y Cristina Amézola Downes, sus hijas, continúan la tarea de sus mayores impulsando el camino hacia la nueva era del vino. u0014Una era en la que se conjugan con maestría tradición e innovación y donde la materia prima, la uva, es la clave del carácter propio y singular de sus vinos, como este Iñigo Amézola 2008, un blanco fermentado en barrica que despliega todos sus encantos con el fin de seducirle.
Haga su cata y mande el resultado a la redacción de nuestra revista: C/Teruel, 7. Colonia de Los Ángeles. 28223 Pozuelo de Alarcón (Madrid). Los cinco mejores catadores recibirán en su domicilio una caja con 6 botellas de esta prestigiosa bodega.
Iñigo Amézola blanco 2008 fb
Fundada en 1987 por los hermanos Iñigo y Javier Amézola de la Mora, la bodega riojana del mismo nombre, ubicada en Torremontalbo (La Rioja), retoma la tradición familiar iniciada con su bisabuelo e interrumpida a mediados del siglo XIX por la aparición de la filoxera. Apostaron fuerte por recuperar las viñas heredadas de la finca ligada durante 800 años a sus antepasados. Y así surgió Amézola de la Mora como una bodega tradicional inspirada en el estilo château francés, siguiendo el modelo de autoabastecimiento de uvas procedentes de sus 60 hectáreas de viñedo.
María Cristina Downes de Amézola, esposa de Iñigo, tomó el mando de la firma tras el fallecimiento de sus fundadores. Desde 1999, ella es la responsable de la ampliación del parque de barricas, del lanzamiento del vino de pago Iñigo Amézola -emblema de la casa- y también del joven Flor de Amézola, que, junto al resto de sus marcas, se han consolidado por calidad en el panorama vinícola español. Hoy, María y Cristina Amézola Downes, sus hijas, continúan la tarea de sus mayores impulsando el camino hacia la nueva era del vino. u0014Una era en la que se conjugan con maestría tradición e innovación y donde la materia prima, la uva, es la clave del carácter propio y singular de sus vinos, como este Iñigo Amézola 2008, un blanco fermentado en barrica que despliega todos sus encantos con el fin de seducirle.
Haga su cata y mande el resultado a la redacción de nuestra revista: C/Teruel, 7. Colonia de Los Ángeles. 28223 Pozuelo de Alarcón (Madrid). Los cinco mejores catadores recibirán en su domicilio una caja con 6 botellas de esta prestigiosa bodega.
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