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La uva Verdejo es el emblema de la D.O. Rueda y es una de las blancas más inconfundibles y apreciadas de este país. Aura crece en el terreno y clima ideal y se mima con criterio, desde la vendimia hasta la botella, en busca de la personalidad propia.
En la propia villa de Rueda, en el corazón de la D.O., nació a principios de este siglo Bodegas Aura, un caserón de aspecto clasico de la zona, de ladrillo y cal, crecedero, eficaz y dotado con todo lo que imagina una enóloga tan cuidadosa como Teresa Rodríguez.
Aura es el halo que al amanecer y en el ocaso envuelve a esas uvas que nacen a más de 700 metros de altitud en la meseta, sobre un suelo pedregoso y cascajoso, y en un clima de grandes contrastes entre día y noche, entre invierno y verano. Todo eso hace que la uva se proteja engrosando la piel, y es ahí donde guarda el frasco de las esencias que caracteriza de forma inconfundible a esta variedad. Para preservarlo, la vendimia se hace de noche para evitar que la luz y el calor la oxiden. Aun así, cuando la uva llega a la bodega se enfría y se somete a una prolongada maceración antes de la fermentación. Así se extrae y se conserva todo su potencial aromático.
Para perfeccionar su cuerpo, cuando termina la fermentación, se guarda un tiempo con sus lías, es decir, con los restos de las levaduras que han producido la fermentación. Así gana volumen en boca y completa eso que hemos dado en llamar alta expresión, que en añadas anteriores ha recibido reconocimientos como la Medalla de Oro en el Concours Mondial de Bruxelles 2012 o la plata en Bacchus 2012 y Decanter World Wine Awards 2011. De este reciente 2013 ya hablaremos...
