Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).
Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.
Bodegas Arzuaga, con su hotel pionero en enoturismo, es una escapada indispensable para el aficionado al vino, y la finca La Planta es un canto a la naturaleza que nunca ha olvidado lo fundamental: la tierra y el vino.
A principios de los años 90, en su finca La Planta, Florentino Arzuaga comenzó la plantación de viña, la construcción de la bodega y la elaboración de vino. Además, cuentan con una almazara en la localidad toledana de Noez donde elaboran aceite de oliva virgen extra acogido a la D.O. Montes de Toledo.
La Planta es un lugar donde conviven la flora y la fauna de la zona, pinos, encinas y sabinas donde retozan y conviven jabalíes y ciervos entre el perfume del monte bajo, de romeros, tomillos y otras hierbas que después reaparecerán en la copa. Una encina milenaria preside el portón, como símbolo del amor que siente la familia Arzuaga por el mundo de la naturaleza. La finca consta de 1.400 hectáreas, todo un lujo en plena D.O. Ribera del Duero. La bodega se levanta cerca del Duero, en la carretera que une Soria con Valladolid. Está construida en piedra sólida y rústica y, a la vez, evoca recuerdos monacales gracias a sus arcadas, torres y al campanario. Junto a ella, el Hotel Arzuaga ha sido pionero de enoturismo en la zona, desde su restaurante mirador con cocina local y creativa hasta el magnífico SPA centrado en tratamientos de vino que se ha convertido en una escapada relajante para los aficionados.
Sus vinos, como este Crianza, son referente de la Ribera del Duero, de la Tempranillo en el mejor suelo y de elaboraciones tradicionales pero con la tecnología más depurada, a la que aquí se suman Cabernet Sauvignon y Merlot del viñedo más antiguo de la finca: La Maquinilla, y después crianza de 16 meses en roble francés y americano.