- Redacción
- •
- 2015-06-02 15:28:39
Al pie de los Pirineos, en el entorno mágico que es el Somontano, Enate ha poblado de viñedos desde hace más de 20 años unas 500 hectáreas y con su filosofía de respeto por la naturaleza y mecenazgo por las artes ha cincelado una impronta mas allá del vino.
Los montes protegen estas tierras de Huesca frenando las peores nubes. A eso se suma una sensible diferencia térmica entre el día y la noche durante el verano (lo que asegura una maduración lenta de la uva) y un suelo de textura franco-arenosa, permeable al agua, agua pura procedente del deshielo de la nieve. Son factores que hacen del Somontano un lugar ideal para la viña y así se ha demostrado históricamente y más aún en el resurgir actual, del que Enate fue uno de los impulsos más importantes.
La bodega es obra del arquitecto Jesús Manzanares, pero basada en las necesidades técnicas más cuidadosas para la función, para elaborar vinos de calidad. Así, bajo los volúmenes industriales, se esconde todo un mundo de sensaciones, túneles, espacios definidos por luces cenitales y materiales cálidos y agradables que captan la intensa y límpida luminosidad de la región y la trasladan al interior. Es quizás el mejor ejemplo de este juego entre naturaleza y arquitectura: espacios limpios y majestuosos, de líneas rectas, puras y actuales que reservan el protagonismo curvo exclusivamente a las barricas.
Enate desarrolla una viticultura de alta calidad, basada en cuatro puntos esenciales: viticultura de precisión en la preparación y plantación (láser) de los nuevos viñedos; seguimiento meteorológico y de la humedad del suelo gracias a la utilización desde 2006 de imágenes por satélite; respeto al medio ambiente, ya que no se utilizan herbicidas ni productos químicos de síntesis contra plagas o enfermedades, sino tratamientos preventivos con productos naturales, y estiércol como fertilizante; y bajas producciones por hectárea con podas cortas para controlar el rendimiento de los viñedos. Su otra línea es el arte contemporáneo. Desde el edificio de la bodega, la decoración de sus interiores, las etiquetas diseñadas a partir de cuadros de artistas contemporáneos y, como guinda, su completa colección de arte contemporáneo, con más de 180 obras de artistas de la talla de Antoni Tàpies, Eduardo Chillida, Pepe Cerdá, Antonio Saura, José Manuel Broto, Salvador Victoria, José Beulas o Gustavo Torner.
Este Rosado 2014 viene vestido por una obra de Víctor Mira y se hace de Cabernet Sauvignon madurada en su punto, macerada y sangrada antes de la fermentación. Este es el resultado.