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En tiempos de confinamiento, el vino ha sido un leal compañero de videobrindis, series y cocinados, de anhelos y promesas... Nuestro deseo es que sigáis disfrutando de su compañía con la misma intensidad... ¡o más! Y para motivaros, hemos elegido un vino único que evoca un paraje muy singular. La Finca Bolandín, ubicada en la "buena y leal villa" de Ablitas (pertenece a la merindad de Tudela, en el extremo sur de Navarra), acoge un complejo enoturístico exclusivo formado por el Hotel Château –con su bello torreón de piedra–, el Restaurante –ofrece una atractiva propuesta gastronómica basada en los productos de proximidad navarros– y la equipadísima Bodega Pago de Cirsus, además de 137 hectáreas de viña. Este espectacular viñedo goza de una serie de particularidades –características del terroir, clima continental extremo propio del Valle del Ebro, etc.– que, unidas a las cuidadosas técnicas de cultivo utilizadas para obtener uvas de una calidad óptima, lo hacen diferente de cualquier otro; por eso los vinos de Pago de Cirsus cuentan con una D.O.P. propia: Vino de Pago Finca Bolandín. En esta primera cata poscuarentena nos detenemos en su Pago de Cirsus Vendimia Seleccionada 2017, un vino con una gran acidez que invita "a seguir bebiéndolo y viviéndolo" y que ya ha seducido a la crítica mundial. Elaborado con un equilibrado coupage de Tempranillo, Merlot y Syrah (cosechadas en vendimia mecánica y nocturna), conserva una viveza y una frescura impresionantes. Tras la maceración prefermentativa en frío a 5° durante 24 horas –que dota a los vinos de una mayor capacidad para la crianza, de más color y complejidad aromática–, un 30% de la mezcla fermentó en tinas de roble francés y el resto en depósitos de acero. Ambas partes se reencontraron en un delicioso sueño de 12 meses en barrica nueva de roble francés. El vino todavía recuerda aquel plácido descanso, y os lo cuenta a través de sugerentes aromas que ya descubriréis. Después de catarlo, podéis acompañarlo de vuestras tapas favoritas... ¡o de una comilona!