- Redacción
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- 2021-12-01 00:00:00
Las cepas viejas de las que nace este vino de frescura inesperada son el último reducto de la Monastrell, y nos hablan de aquel cruce de fronteras donde se batalló durante siglos, "rodeada al sur por el desierto y al oeste por el frío y la altitud", como reza su poética etiqueta.
En Bullas –donde se elabora vino desde tiempos inmemoriales–, testigo del encuentro entre Levante y la meseta manchega, la Monastrell se muestra poderosa y magnánima. Y en Bodegas del Rosario tienen la convicción de que la clave para que alcance su máximo esplendor está en los viñedos viejos: "El primer aspecto en el que incidimos en la filosofía de elaboración de nuestros vinos es primar la utilización de viñedos viejos, porque consideramos que el equilibrio de producción que se consigue en ellos es insuperable. La profundidad de sus raíces, el volumen de suelo explorado y su propio autocontrol en el vigor vegetativo aminoran la influencia de las condiciones de cultivo que se pueden presentar año tras año, y aportan mayor complejidad en primer lugar a las uvas y, finalmente, a los vinos", cuentan.
Por supuesto, alternan estas valiosas cepas con nuevas plantaciones que les aseguran mantener los estándares de calidad de sus vinos en el futuro, como explican, pero subrayan que "todo el proceso de plantación y cultivo es minuciosamente estudiado por el personal de la bodega, para que la viña se desarrolle de forma equilibrada y perfectamente integrada en su medio natural".
En el caso de El Borde 2018, una nueva colaboración muy especial entre la cooperativa murciana –la mayor productora de la pequeña D.O.P. Bullas– y el Master of Wine escocés Norrel Robertson, las raíces de las viñas viejas nos conducen a un paraje muy peculiar: Llano del Sastre, en el valle de la Venta del Pino. Las tres hectáreas (con una producción de 1.500 viñas por hectárea) de viñedo donde nace, plantadas en vaso, pertenecen a pequeños viticultores de la zona y se cultivan en ecológico con un cuidado exquisito.
Situadas a 800 metros de altitud sobre suelos blancos ricos en piedra caliza, impregnan al vino de una sorprendente frescura, potenciada por el frío de la añada 2018. Cuando lo catéis, descubriréis más secretos de aquel recóndito paraje en forma de profundos aromas y sabores mediterráneos.
Bodegas del Rosario
Avda. Libertad, s/n
30180 Bullas (Murcia)
968 652 075